LIBRO UNA PROPOSICION EN NAVIDAD PDF GRATIS

La timida rebelion de Jane Bradford consistio en sacar el brazo de debajo de las mantas para ponerlo decidida sobre el boton del despertador. Nada de asegurarse de que volveria a sonar en cinco minutos. Apagado. Se dio la vuelta dispuesta a seguir durmiendo, pero su cerebro ya habia encendido las luces y empezaba a desperezarse sin que ella pudiese evitarlo. <>, escucho en su cabeza y la envolvio con la almohada como si con ello pudiese evitar que sus ondas cerebrales siguieran comunicandose entre ellas. Despues de unos minutos de resistencia se sento en la cama aun con los ojos cerrados. No podia ni imaginarse lo que seria poder vivir sin trabajar. ?Por que ese privilegio estaba solo destinado a unos pocos afortunados? Deberia ser algo rotativo y que todo el mundo pudiese disfrutarlo al menos durante un ano de su vida. Miro hacia la ventana, la nieve ya habia hecho acto de presencia para anunciar que la Navidad estaba a la vuelta de la esquina. Se dejo caer en la almohada y bufo, irritada. !Como odiaba la Navidad! Toda esa parafernalia excesiva y cargante. La gente, euforica, comprando sin parar... Lo unico que no le desagradaba de esas fechas era la alegria sincera de los ninos. Su excitacion ante la llegada de Santa Klaus. Sonrio orgullosa, ella era una de las ayudantes de ese gordo barbudo y eso era algo que la hacia feliz. Era disenadora de juguetes y se tomaba su trabajo muy en serio.

Los juguetes que ella habia creado se vendian en todo el mundo. Eran divertidos, seguros y educativos, pero ningun nino era consciente de estar aprendiendo nada. Simplemente ocurria. Con aquellos pensamientos ya tuvo la energia suficiente para levantarse de la cama y arrastrarse hasta la cocina para prepararse el cafe. Cogio una de las mantas y se envolvio con ella. Odiaba las batas, le recordaban a una epoca que preferia olvidar. Con una taza humeante en las manos se sento frente a la ventana de la cocina y se distrajo viendo caer la nieve. Vivia en Manhattan desde hacia cinco anos, desde que acepto aquel trabajo en Jangnangam Haengseong que gano en un concurso de Internet. Cuando envio sus disenos a la empresa surcoreana no imaginaba lo mucho que cambiaria su vida. Pedian disenos de juguetes para ninos del siglo XXI. Hablaban de innovacion y sostenibilidad, pero ella solo penso en los ninos y en que debian divertirse. Contra todo pronostico gano el concurso una joven de Growville, Ohio, recien salida de la universidad, sin experiencia y con muchos pajaros en la cabeza. El premio consistia en un contrato para trabajar en la sucursal que la importante empresa coreana, cuyas creaciones habian copado el mercado mundial del juguete en los ultimos anos, acababa de abrir en La Gran Manzana. Jane miro el reloj y apuro su cafe despejando su cabeza de todos aquellos pensamientos. Ya habian pasado cinco anos desde entonces y se pregunto cuantas Navidades mas iba a repasar aquellos intrincados dias en los que su vida dio un giro de ciento ochenta grados.

Frego la taza y la dejo sobre el escurridor para ir a arreglarse. Se ducho y despues se maquillo sobriamente. Seco su media melena y le dio la forma deseada. Ya solo le quedaba vestirse. Le hubiera gustado ponerse unos vaqueros y una blusa, pero la empresa seguia unos estrictos canones de elegancia. Abrio las puertas de su armario y un combinado de grises, negros y blancos junto a la gama de pasteles inundo su campo de vision. Recibia un suplemento a su sueldo unicamente para ropa. No querian que sus empleados escatimaran en ese ambito y por ello se encargaban de subvencionarles el vestuario en una tienda de calidad del centro de Manhattan. Escogio una falda negra y una blusa color crema con un lazo que caia sobre el pecho. Lo acompanaria con una chaqueta con estampado de serpiente y unos zapatos de medio tacon con el mismo motivo. Se miro al espejo para comprobar que tenia el aspecto buscado y asintio satisfecha. Abrio el sencillo joyero y se coloco las mismas joyas que utilizaba todos los dias. Unos pequenos pendientes de oro, una fina cadena del mismo material y un antiguo reloj, propiedad de su abuela, al que habia que darle cuerda. Se aseguro de que tenia la hora correcta y giro la ruedecilla hasta el tope con suavidad. Salio de casa y dio dos vueltas a la llave, no queria sorpresas cuando regresara.

No tenia amigos, pero se llevaba bien con todo el mundo. La vecina de enfrente salia a la misma hora que ella y la saludo con simpatia. Bajaron juntas en el ascensor hablando de trivialidades y se despidieron en la calle con una sonrisa. Para Jane era agradable esa clase de trato, no requeria ningun esfuerzo ni exigia ningun tipo de sacrificio como si ocurria con las amistades o la familia. Sonrio satisfecha, le gustaba su vida. Sin complicaciones. Caminaba hacia su despacho cuando la interceptaron Walter y Caroline. --?Te has enterado? --pregunto la chica de administracion. --Buenos dias --dijo ella con una sonrisa--. ?Si me he enterado de que? --Lee Seo Joon llega hoy a la empresa --anuncio Walter, el vigilante de dia, orgulloso de ser el que se lo contase en primer lugar. Si habia algo que le gustaba a Walter, era un buen cotilleo. Jane fruncio el ceno sorprendida. --?El hijo del presidente ha viajado desde Corea? Sus dos companeros asintieron a la vez. En ese momento el director aparecio en el pasillo y le hizo un gesto a Jane para que lo siguiera a su despacho. Walter y Caroline volvieron rapidamente a sus lugares de trabajo.

--Sientate --pidio Luke Maddoc senalando la silla al otro lado de su mesa y ocupando su sitio frente al escritorio--. Supongo que ya te han dado la noticia. Luke Maddoc era un hombre corpulento, muy amigo de los pasteles de chocolate y la cerveza bien fria. Tenia cierta simpatia particular que le hacia reirse de sus propios chistes y Jane siempre se habia llevado bien con el, a pesar de su falta de sensibilidad. --?Por que viene el hijo del senor Lee? ?Ocurre algo malo? -- pregunto preocupada. --No lo se. No he conseguido que me digan el motivo de su visita y reconozco que no me llega la camisa al cuerpo. Las ventas no han decaido, el proyecto en el que has trabajado esta siendo un completo exito y es nuestra gama de producto mas rentable. --?Es cierto lo que dicen? --pregunto con temor--. ?Que cuando Lee Seo Joon visita una sucursal es para cerrarla? Maddoc giro su silla hacia la ventana y junto las manos pensativo. Jane espero hasta que quisiera responderle. Su jefe suspiro y dejo salir el aire que se habia acumulado en sus pulmones. --Esperemos que en esta ocasion tenga otros motivos para visitarnos. Lo cierto es que jamas ha estado aqui, asi que no puedo hablar con conocimiento de causa. --Debemos prepararnos --dijo Jane pensando rapido--.

Advertir a los diferentes equipos para que puedan preparar presentaciones de sus proyectos. Y que el equipo de logistica nos provea de ejemplares de todos ellos. --?Como una exposicion? Jane asintio. --Si, a los coreanos les gustan esas cosas --aseguro, convencida. --?Que sabes tu de lo que les gusta a los coreanos? ?Conoces a alguno acaso? --pregunto su jefe sorprendido. Jane sonrio con timidez, no iba a decirle que era una adicta a los doramas surcoreanos. --Bueno, son cosas que dice la gente... --Pues menuda ayuda. --Maddoc se llevo la mano a la boca y golpeo suavemente con la una del pulgar sobre sus dientes, como hacia siempre que algo lo ponia nervioso--. Pero tampoco tenemos mucho mas que hacer, asi que... Adelante, organizalo todo, te pongo al mando de esta recepcion. Jane se levanto y se dirigio a la puerta, tenia mucho trabajo que hacer. --Solo falta una semana para Navidad --hablo para si mismo--. Podria haber escogido otro momento. Ella salio sin decir nada e inmediatamente convoco a los jefes de proyecto para explicarles la situacion. Se esforzo mucho en hablar ella para no permitir que los pesimistas comentarios de sus companeros creasen un clima de desanimo y consiguio lo que se proponia. --Tenemos un dia para organizarlo todo --termino--.

Lee Seo Joon estara aqui manana por la manana. Todo el mundo se puso manos a la obra para que sus proyectos tuviesen el mejor escaparate posible. Todos querian deslumbrar al hijo del presidente. Jane coloco las verduras en su plato y lo deposito en la bandeja que luego llevo hasta la mesita de centro frente al sofa. Ya tenia preparado el capitulo de la serie que estaba viendo en ese momento. Se aseguro de tener la manta al alcance de la mano y la caja de panuelos sobre la mesa por si fuese necesario. Era su plan para cada noche en esas fechas desde que descubrio por casualidad las series coreanas aquella Nochebuena. Cogio una zanahoria de su plato y se recosto en el sofa, pensativa, recordando aquel momento mientras contemplaba el angelical rostro de la actriz congelado en la pantalla de su televisor. Era extrano como sucedian las cosas a veces. En aquel momento su vida se habia hecho pedazos y su corazon apenas titilaba como las lagrimas que se resistian a caer de sus ojos. Era tanto el dolor que sentia que apenas podia exteriorizarlo, como si temiese que si lo dejaba salir acabase por arrasar el pueblo entero con todos sus habitantes. Despues del desastre familiar salio de casa sin rumbo. Camino sin saber a donde la llevaban sus pasos y se vio en la avenida principal, que estaba iluminada como si de un centro comercial se tratase. La gente de Growville celebraba la Nochebuena en familia y practicamente todos los locales estaban cerrados. Se sintio perdida hasta que se cruzo en su camino aquel hombre disfrazado de Papa Noel que hacia sonar una campana.

El fue quien le senalo la taberna de los Nam diciendole que preparaban una sopa deliciosa. No conocia aquel bar, pero aquella noche no habia mucho donde elegir y se moria de frio. Asi que hizo caso al consejo de Papa Noel y cruzo la calle desierta para resguardarse en el meson del matrimonio coreano. Cogio otra zanahoria de su plato mientras seguia con la mirada fija en la actriz surcoreana. La senora Nam se parecia a ella, a pesar de sus canas conservaba intacta la belleza de su juventud. Su marido era un hombre sensible y callado que la trataba con delicadeza y cuidado. Recibieron a Jane con una sonrisa y le dijeron que se acercara a la estufa encendida. No habia nadie mas en el local y ellos estaban tranquilamente sentados delante de la pantalla del televisor. Le pusieron un cuenco de sopa hirviendo delante y le hablaron de la serie que estaban viendo: Sinfonia silenciosa. Le contaron brevemente de que trataba la historia. Min Ho era un celebre pianista de treinta y cuatro anos, muy rico y que habia viajado por todo el mundo. Conocia a Jin, una joven que sufria una enfermedad incurable que no le permitiria cumplir un ano mas. Jang se enamoraba de ella y durante tres meses intentaba conquistarla, pero ella se negaba a dejarlo entrar en su corazon a sabiendas de que iba a morir. Finalmente, caia rendida ante la evidencia, el era su gran amor y, aunque solo pudiera disfrutar de la felicidad unos pocos meses, valdria la pena. Jang empezaba a componer una sinfonia para ella y la terminaba el dia en que Jin moria.

Los Nam pusieron los subtitulos para que Jane pudiese ver ese ultimo capitulo con ellos y enterarse de algo. .