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LIBRO UNA CANDIDATA INESPERADA PDF GRATIS

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Autor de la obra

Romina Naranjo

Este autor, ROMINA NARANJO, es reconocido dentro de esta rama sobre todo porque tiene más de un libro por los que es reconocido a nivel nacional, pero asimismo fuera de nuestras fronteras.

Es un gran conocedor de la temática, por eso entre los géneros literarios que normalmente acostumbra escribir está/n General.

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Esta obra puede clasificarse en cantidad de categorías, pero una de las más esencial es:
General

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Resumen de UNA CANDIDATA INESPERADA

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Resumen del libro

Normalmente, el viaje desde la ruidosa Londres hasta el apacible pueblo de Canterbury, en Kent, donde habia sido erigida la casa solariega de la familia Ferris resultaba para Andrew, actual conde de Holt y dueno de la propiedad, un acto relajado y apacible. No obstante, en esta ocasion, el conocido paraje rural no habia logrado mitigar el estres de la ciudad y los efectos sedantes del periodo vacacional, que se abria en su horizonte, apenas habian hecho mella en el. Mientras intentaba dejarse llevar por el incesante traqueteo del carruaje, echaba vistazos distraidos a la lista que tenia entre sus manos, repasando y reconociendo nombres a medida que sus ojos los procesaban. Seguia pensando que eran demasiadas personas, pero imaginaba que de nada le valdria quejarse a esas alturas, cuando todo estaba hecho ya. -No pongas esa cara, Andrew, despues de todo, esto ha sido idea tuya, ?no es asi? En ningun momento me has oido presionarte. Aunque esa afirmacion fuera mas que discutible, su impecable educacion le impidio dar a su madre la respuesta mordaz que empezo a picarle en la lengua. Bajo el caro papel que conferia la lista de invitados a la reunion primaveral en Kent y le dedico una mirada a Joanna, condesa viuda de Holt. Siempre habia sido una mujer hermosa, con el pelo de un castano oscuro profundo y los ojos azulados. El tiempo la habia apreciado tanto como cualquiera de las personas que la conocian, por lo que habia respetado sus facciones, apenas surcandolas de arrugas. El cabello se le habia encanecido y mostraba ahora vetas plateadas entre los mechones oscuros. Joanna era una dama de la que Andrew se enorgullecia enormemente, educada, elegante y muy sofisticada, nunca habia dejado que el hecho de llevar un vestido nuevo le impidiera abrazar a sus hijos. Era amable y cuidadosa en su trato con el servicio y nunca miraba por encima del hombro a nadie, ni siquiera a las personas que lo merecian. La observo atentamente, viendo como su brazo delgado se sostenia con fuerza al arnes que colgaba de un lado del asiento donde iba acomodada. Las sacudidas del carruaje por el accidentado camino hacian moverse desordenadamente sus pendientes y los flecos del chal burdeos que se habia echado sobre los hombros. Aquello le hizo sonreir.

-Unicamente iba a hacer notar, madre... que quiza la lista de invitados sea demasiado... extensa. -Teniendo en cuenta la naturaleza de la reunion, me parece que el grosor de personas que acudiran a la propiedad es bastante aceptable. Andrew fruncio el ceno, mirando el papel otra vez. -No tendre tiempo material para dedicar a todas estas personas -mascullo. -Tonterias, sabras dividirte entre tus invitados, como he hecho yo en mis reuniones sociales hasta ahora. Considerandose a si mismo, tal como lo habia sido su padre, un hombre razonable, Andrew estaba convencido de que en esta ocasion particular su madre se equivocaba. Del mismo modo en que en su cuadra solo habia unos pocos animales de montura, porque unicamente contaba con dos piernas y le era imposible disfrutarlos a todos, consideraba que tenian que haber cenido las invitaciones solo a aquellas personas cuya presencia pudiera aportarles algo a la empresa que estaban a punto de iniciar. Cierto era que el poco o nada sabia de esas cosas, puesto que habia centrado su tiempo y energias en dedicarse a los negocios de la familia, dejando el resto para las mujeres, pero ahora que se veia en la posicion de socializar... bien, no consideraba practico perder tiempo con trivialidades. A la vuelta a Londres le esperaban duras negociaciones para entrar a formar parte de los socios de un nuevo barco a vapor que traeria telas y especias de China, asi que era logico pensar que no querria entretenerse en Kent mas de lo debido. -Figuran hombres en esta lista, senora. -Le hizo notar, como si los nombres no estuvieran escritos de su puno y letra. -Naturalmente que si -respondio Joanna sin dejarse inmutar-. Nuestras reuniones en Kent son muy apreciadas, quiza porque rara vez venimos todos... muchas personas han querido asistir y he aprovechado la ocasion. -?Y no habria sido mas sencillo invitar unicamente a las jovenes casaderas? -Eso habria sido tremendamente vulgar, Andrew. -Enfatizo sus palabras con un movimiento de su mano enguantada-.

Quedaria evidente desde el primer momento cual es el motivo de tu estancia aqui y eso provocaria que las jovenes doncellas estuvieran insoportables durante todas las veladas. Admitio que en ese punto, su madre estaba acertada. Solo imaginarse rodeado de damitas de piel palida y ojos caidos persiguiendole por cada rincon hacia que sintiera escalofrios. Quiza fuera buena idea despues de todo el tener a otros hombres en la casa, asi podria tener una buena charla sobre naviera, montar a caballo y distraerse un poco de la realidad en la que se habia metido por voluntad propia. Andrew tenia que casarse. No era algo que hubiera descubierto de la noche a la manana, sino un camino que sabia que tarde o temprano deberia tomar. El matrimonio era algo natural y necesario. Habia pospuesto el momento el tiempo suficiente para hacerse valer como cabeza de familia, pero ahora que llevaba al dia la contabilidad y propiedades de los Ferris, y que su posicion como conde de Holt estaba afianzada, Andrew sabia que el tiempo de escoger una companera habia llegado. En cuanto comunico su decision, su madre se mostro encantada de que por fin sus ruegos hubieran sido escuchados. Tan solo una semana tardo en disponerlo todo para viajar a Kent y abrir la casa solariega, por lo que las invitaciones pertinentes fueron enviadas en un abrir y cerrar de ojos. Dado que Joanna conocia a todo el mundo, porque nadie prescindia de ella en ningun acto social de la clase que fuera, elaborar la lista de invitados le resulto coser y cantar. Andrew miro por la ventana del carruaje cuando enfilaron el camino allanado que llevaba hasta la entrada de la propiedad. Suspiro, sintiendo que el nudo en su estomago, ese que normalmente desaparecia en cuanto se alejaban de Londres, se intensificaba. Aquel lugar siempre habia sido su refugio, su escondite, pero ahora estaria invadido de personas, a muchas de las cuales no conocia lo suficiente como para juzgar si sus personalidades eran o no aceptables con respecto a su forma de pensar. -Debia haber retrasado el viaje unos dias -murmuro para si mismo, aunque no dudo de que su madre le oyera-.

Podria haber venido con Claire. -?Y no recibir a los invitados? Andrew... no crei haberte criado tan descortes. -Apuesto la casa a que la mayoria de esos caballeros desearian ser recibidos por usted antes de que por mi. -Le dedico una sonrisa seductora-. El atractivo que yo pueda tener no es comparable con su legendaria belleza, senora. Joanna nego con la cabeza, aunque sonrio encantada con el halago. -Guarda esas sonrisas y esa palabreria para alguna de las damas a las que vamos a recibir. -Con un parpadeo inocente, Joanna fijo la vista en el papel que aun sostenian las manos de Andrew-. ?Hay alguna por la que te sientas especialmente inclinado? La mente de Andrew, que todavia seguia parada en lo afortunado del movimiento de su hermana Claire, quien no viajaria desde Londres hasta varios dias despues por haber aceptado algunos compromisos a los que no podia ahora negarse, trabajo a toda velocidad. Hojeo por decima vez el papel, buscando entre aquellos nombres alguno que le dijera algo. Sabia quienes eran algunas de las invitadas, por supuesto, habia coincidido con ellas al acompanar a su madre a veladas musicales, cenas, bailes y un sinfin de cotillones interminables, pero otras le eran ajenas. Repasando los nombres situados mas arriba (imagino que por ser los mas deseables en opinion de Joanna) se fijo en uno en particular, porque era habitual de todo evento social que se preciara. -Adeline Aldrich -leyo, mostrando sus emociones comedidamente. Joanna asintio, dejandole llegar a sus propias conclusiones. Andrew sabia de ella lo que casi todo el mundo, que era una joven de la aristocracia alta, con buena dote, joven y despampanante que buscaba esposo.

Con sus ojos verdes y su cabello liso y castano, Adeline encajaria a la perfeccion en el salon de los retratos de los condes de Holt, quienes tenian todos unos rasgos muy similares desde hacia generaciones. No obstante, por deseables que fueran las cartas de presentacion de la senorita Aldrich, tenia una gran tara a sus espaldas: su madre. Era mezquina, egoista y en ocasiones incluso maleducada. Por supuesto, Andrew concederia a la bella joven la oportunidad de ser ella misma, la conoceria y trataria dejando de lado todo prejuicio. Despues de todo, parecia la mas indicada para convertirse en su esposa en un futuro proximo. El pensar en ello hizo que se le revolviera el estomago, pero no de emocion, sino de pesar. ?Ese era el nombre de la mujer con la que iba a compartir su vida? ?Con la que envejeceria y tendria hijos? ?Y era normal que no sintiera nada? Quiza cuando Adeline se pusiera ante el y sonriera... No es que esperara casarse rendido de amor, pero al menos si veia necesario un afecto previo, sentir algo al mirar a la joven con la que conviviria. -...Y por eso considero importante pedirte que intentes tratar de igual modo a todos los invitados. Andrew sacudio la cabeza. Ni siquiera se habia percatado de que su madre estaba hablandole. Aparto a Adeline Aldrich de sus pensamientos y le dedico a Joanna toda su atencion. -Perdon, madre... -Si, estabas distraido. -Con un suspiro, solto el arnes al que habia estado sujeta y le miro directamente-. Te decia que no debes centrar tu atencion unicamente en las potenciales novias... espero que seas cordial y afable con todos los invitados. -?Insinua que debo sacar a bailar tambien a los jovenes solteros? El comentario socarron no hizo mella en Joanna, demasiado acostumbrada a las salidas de tono de Andrew como para tomarse en serio sus palabras.

Puso los ojos en blanco y le dedico una mirada de advertencia. -No, a menos que pienses en una union a la francesa. -!Madre! -La carcajada de Andrew resono en el interior del carruaje-. Jamas habria creido que oiria algo semejante viniendo de usted. -He vivido lo bastante para oir toda clase de cosas... como sea, me refiero a que no solo he invitado a las damas que son... digamos, de un circulo cercano a ti, sino tambien a otras que por algun motivo he creido merecedoras de disfrutar de unas vacaciones con nosotros -Joanna carraspeo de forma tan elegante que apenas fue audible-. Como es el caso de la viuda Linton y su hija. Aquello definitivamente dejo a Andrew bloqueado. Rapidamente, retomo su lectura de la lista de invitados y llego por primera vez hasta el final. Era cierto. Ahi estaban, Eleanor y Victoria Linton. El hecho de saber que acudirian a su casa solariega le desconcerto sobremanera. -Tengo entendido que no poseen una propiedad en Londres -comento, sin poder apartar la mirada de los nombres grabados con la elegante tinta negra. -Bueno... si la tienen, pero tras la muerte de su esposo, Eleanor decidio alquilarla y tanto ella como su hija fijaron su residencia aqui, en Kent. -Eso explica por que no las recuerdo de ningun acto social de la ciudad... Joanna se encogio de hombros, lo cual basto a Andrew para hacer sus propias conjeturas. Por lo poco que sabia del apellido Linton, creia recordar que el finado, Charles, habia sido un aristocrata de clase baja que habia muerto algunos anos antes.

No habia que ser muy avispado para deducir que si su esposa habia decidido alquilar la casa de la ciudad y retirarse al campo, debia ser porque la viudedad le habia traido deudas. -De modo que no tienen un estilo de vida que pueda adecuarse al ritmo de Londres ?no es asi? - Inquirio Andrew, intentando hacer memoria y recordar la apariencia de alguna de las mujeres, sin exito-. ?No tuvo la hija de Eleanor Linton una puesta en sociedad? -Hace algunos anos, si -concedio Joanna, sin entrar en detalles-. Victoria es una joven carismatica y bien educada. Con una... peculiaridad adorable. -Comprendo. <> penso Andrew de inmediato. Cuando su madre, que siempre era sincera, describia a una persona basandose en atributos meramente interiores, sin hacer comentario alguno a su fisico, normalmente era porque dicha persona no contaba con atractivo alguno. Tampoco se le paso por alto el hecho de que la presentacion en sociedad de Victoria hubiera sido hace algunos anos, lo que le daba otra clara pista a tener en cuenta sobre ella. <>, se dijo, puesto que no se habia mencionado marido alguno en la conversacion y solo se habia hablado de una puesta de largo. Pobre muchacha. Sin duda iba a sentirse terriblemente perdida e incomoda en compania de invitadas como Adeline Aldrich y su madre, por no hablar de lo fuera de lugar que muchas de las damas de alta alcurnia, para quienes el linaje lo era todo, iban a hacerla sentir. -?Las ha invitado para que pasar un tiempo en nuestra propiedad alivie en cierta manera sus... gastos economicos? -!Andrew! ?Como puedes pensar que yo haria algo semejante? -Joanna parecia realmente ofendida-. La presencia de las Linton en nuestra reunion no tiene nada que ver con la caridad. -Madre, no pretendo ser descortes... ni mucho menos maleducado, y puedes tener por seguro que no faltare el respeto a las damas Linton si su compania es tan agradable para ti.

-Desde luego, le habia educado para que fuera atento con todas las personas, independientemente de la holgura con la que vivieran. -Puedo entender que te parezca extrano que las haya invitado. -Acepto Joanna, aunque parecia incomoda ante tanta explicacion-. Se que pueden no tener el perfil del resto de asistentes, pero en el pasado, Charles Linton y tu padre tuvieron una amistad afectuosa y por ello quiero hacer algo por la joven Victoria, ahora que tengo ocasion. -?De que se trata? -Se vio impulsado a preguntar Andrew, que no habia conocido a Charles Linton en toda su vida y no recordaba haberlo oido mencionar a su padre. -Ya lo sabras. -Joanna sonrio, encantada con mostrar misterio. .

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