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LIBRO SIRENS 4 PDF GRATIS

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Descargar SIRENS 4 gratis pdf - leer online

Autor de la obra

Lena Valenti

Este autor, LENA VALENTI , es reconocido dentro de esta rama sobre todo porque tiene más de un libro por los que es reconocido a nivel nacional, pero asimismo fuera de nuestras fronteras.

Es un gran conocedor de la temática, por eso entre los géneros literarios que normalmente acostumbra escribir está/n 2019 FANTASIA ROMANTICA .

¿A qué categoría/s pertenece esta obra?

Esta obra puede clasificarse en cantidad de categorías, pero una de las más esencial es:
2019 FANTASIA ROMANTICA

Poco a poco más gente están decidiéndose por leer estos géneros, en los últimos años, el número de personas que adquiere libros que tienen mucha relación con estas categorías ha crecido considerablemente, hasta llegar a convertirse en uno de los géneros con más número de ventas en el mundo, y por eso mismo imaginamos que tienes interés en descargar de forma gratuita el libro.

SIRENS 4 ha alcanzado llamar la atención en muchos de estos géneros y se han transformado en un libro referente en alguna de ellas, debido en gran parte a la enorme experiencia de este escritor, como ya conoceréis, es un redactor muy popular en estos géneros.

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Nota de los lectores

Este libro posee una puntuación puesta por personas entendidas, la nota de este libro es: 7,5/10.

Todo el mundo que han puesto nota esta obra son profesionales de este género y han leído SIRENS 4 online antes de dar su opinión, de esta manera, estamos 100 % seguros de que esta valoración es la idónea y por esta razón se la ofrecemos.

Resumen de SIRENS 4

Ahora te ofrecemos un interesante fragmento para que puedas conocer más sobre el libro antes de adquirir SIRENS 4

Historia original de Lena Valenti y Valen Bailon.

Más información sobre el libro

Puedes encontrar más para descargar libro sirens 4 pdf

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En este momento, vamos a ofrecerte datos interesantes sobre el libro que es posible que quieras ver antes de empezar a leer este libro, como por servirnos de un ejemplo puede ser, el número de páginas, el año de edición, dónde descargar SIRENS 4, dónde leer en línea SIRENS 4, y considerablemente más datos.

Resumen del libro

El entumecimiento de la perenne eternidad atenazaba sus pensamientos. De haber despertado en su cuerpo, seria consciente del letargo de sus musculos, la rigidez de sus huesos, la lentitud de su sangre y del pausado latir de su corazon falto de oxigeno. Pero aquel cuerpo que la habia recibido era joven, fuerte, y estaba considerablemente mutado geneticamente. De lo contrario, no entendia como su poderoso espiritu podia residir en un recipiente tan llano y simple como el del ser humano. Miles de anos habia durado su encierro y el sueno eterno al que el malnacido de Thot los habia forzado. Un considerable espacio de tiempo muerta en vida, enterrada miserablemente en uno de esos sarcofagos ideados para flagelar un alma como la suya. Astrid veia su propio cuerpo bajo ella. Estaba muerta. Su cuerpo yacia atravesado por un Gaad, uno de esos punales del atlante, forjados solo para dar caza a los Indignos. Indignos los llamaban. Indignos de usar su poder para la conquista y la autodeterminacion. Indignos para representar el poder de los dioses en la Tierra. Si solo los demas atlantes comprendieran que no habia ningun honor en someterse a los designios de otros y a torcer su brazo en pos del bien de un ser inferior... ?Por que no lo podian comprender? No debia haber deferencia hacia ellos. Un leon no se arrodillaba ante el paso impertinente de un cordero. Se lo comia.

Porque aquella era la cadena de poder, la jerarquia natural. Y despues de milenios sin ver el exterior de aquel planeta, leia en la cabeza de esa humana que acababa de poseer, que todo seguia mas o menos igual. Los humanos continuaban cegados, sumidos en su verdadero sueno eterno. Y lo peor era que se habian dejado manipular y someter por otros como ellos. Lideres falsos que les representaban y a los que no les temblaba el pulso para tomar decisiones impopulares. Ni dioses, ni demonios, ni angeles, ni extraterrestres habian sido sus verdaderos dictadores. Solo ellos mismos. La codicia del ser implosionaba en la esencia humana y los convertia en conquistadores y torturadores de su propia especie. Aquel era un mundo tecnologicamente mas avanzado, aunque nunca llegaria a obtener el esplendor de Atlantis. Habian creado armas nucleares y atomicas capaces de enviar su propio planeta al limbo del universo infertil. Tenian en sus manos, gracias a la manipulacion del codigo genetico, el poder de hacer enfermar masivamente, y dominaban el arte de crear pandemias. Y sabian que estaban destruyendo el orbe y que el cambio de Era se aproximaba, pero por el bien de unos pocos, preferian silenciarlo todo y hacer como que en realidad nada era tan grave y todo se podia solucionar. Y no era verdad. Astrid tenia ganas de reirse. Al final, iba a ser que el ser humano era un crisol en el que poder reproducir bacterias.

Era un parasito, una carcoma que se alimentaba de su propio cuerpo. Lamentablemente, ella conocia la unica verdad universal: no podia haber mas de un gallo en un mismo gallinero. O, lo que era lo mismo: no podia haber mas de un malvado. Analizo sus posibilidades en su nueva naturaleza. Habia poseido el cuerpo de la Bathory. De Lillith Bathory. Podia leer en su sangre y en su cabeza todo los acontecimientos sucedidos de manera cronologica. Ahora conocia la historia que la habia llevado a ser desenterrada, asesinada y a despertarse en el cuerpo de aquella humana diabolica. Lillith Bathory ingreso en Sirens muchos anos atras, y lo hizo de la mano de importantes arqueologos. Ella, Fred y Arnold vivieron en Sirens durante un tiempo. Sirens era el unico reducto en la tierra hueca de los descendientes de los atlantes originales. En su estancia en aquel conclave, Lillith recopilo informacion genetica de su especie y un dia, con ayuda de una Vril llamada Sise que tambien residia en el mundo intraterreno, robo a un nino y a una nina, pero no conto con el shock en forma de envejecimiento progresivo que sufriria su cuerpo al salir de aquella dimension fisica. Arnold y Fred la consiguieron detener y, con ayuda de los Mur, ocultaron a los ninos en un lugar del planeta. A los dos arqueologos les ofrecieron anillos atlantes para que se mantuvieran sanos en el exterior. En la actualidad, los ninos eran adultos consagrados al mundo Sirens y a la proteccion de la humanidad.

Lillith habia recibido la visita de Idun, un lagrima negra hermano de Ethan, y el, en venganza por haber sido destronado en su tierra, quiso ayudarla. Para ello le hablo de su raza y de los tres atlantes Tares que habian traicionado al plan inicial. El Mayan sabia que su sangre podria despertar al primero de ellos. Y asi fue como hallaron a Azaro en Alemania, activaron el Sol Negro y el desperto para poner en marcha el plan de recuperar los cetros de poder que guardaban los Sirens bajo la piramide de Nael. Idun entraria en la metropoli infestado de un virus mortal conseguido a traves de la sangre de Azaro; se llevaria los cetros y exterminaria, sin saberlo, a todos los de su especie. Seria una jugada maestra. Y asi sucedio. Sin embargo, ni Azaro ni los Graen mataron al lagrima negra y este, de algun modo que Astrid aun no lograba comprender, regreso con un Gaad para asestar un golpe definitivo a Azaro en el castillo de Cachtice y desaparecer acompanado por una humana de ojos rojos. Y no solo eso, esos humanos y esos sirens que colaboraban juntos, habian logrado conseguir dos varas mas. Una de los magos y otra que habian hallado en la isla Delphine. Y aquel dato era el que podia inquietarla mas. El mundo de los magos estaba abierto, y tambien otro mas que ella no habia tenido el gusto de conocer en vida, pero si habia intuido en su encierro dado la energia descomunal que percibia en oleadas. Una energia que venia precedida por la creacion y el nacimiento de seres poderosos repartidos por toda la superficie terrestre. Y Thot habia tenido mucho que ver en eso. Y la raza de las Mins tambien.

Raza que los Indignos sabian que existia y que en el pasado no habrian dudado en convencer para unirse al plan, de haber podido y haber logrado sus propositos. Pero ni Azaro, ni Semiasas, ni ella pudieron, dado que Thot y sus almirantes les alcanzaron antes para castigarlos y encerrarlos. Astrid habia comprendido que, en el exterior, otros grupos de individuos iban a colaborar juntos en su mision por evitar que Bathory y los Indignos consiguieran sus propositos: unos con dones sobrenaturales, y otros todavia por descubrir. No debia ser dificil dar con ellos y anularlos. La Indigna percibia en Bathory a una humana fuerte. Su esencia estaba muy corrompida por la energia Graen, pero como buena mujer lider y con explosivo caracter no aceptaba del todo su invasion y luchaba contra ella porque queria el mando. Astrid lo valoro: podria dejarla convivir con ella, podria permitir que parte de su conciencia se activase para que ambas cohabitaran en aquel envase de carne y huesos. Pero la Bathory tenia sus propias inquietudes y unos objetivos que distaban de los suyos, asi que tomaria la decision de acallarla parcialmente. Seguiria sus propios designios y de nadie mas, aunque necesitaria su informacion. La usaria porque de las dos, ella era la poderosa Indigna. Lillith, por lo que leia en su mente, solo tenia a una Vril, a sus Sisifos y a los Ederlys de su parte. Y muchisimo dinero. Y Astrid, que era la segunda comandante al mando de los Tares, sabia con exactitud que debia hacer. De todo el despliegue economico y logistico que la Bathory podia ofrecerle, solo le interesaba lo primero y una parte de lo segundo, pero no todo. Y era curioso porque, al parecer, lo unico que le ofendia a esa mujer que poseia, era que ella considerase que parte de sus creaciones eran insostenibles e improductivas cuando habian sido un hito en el mundo de la ciencia.

Era soberbia y egocentrica, sin duda. Por lo demas, a Bathory no le afectaba que ella quisiera desprenderse de parte de su creacion. Era un espiritu egolatra y centrado en el poder. Por eso Astrid no se sentia del todo incomoda en su cuerpo, excepto porque sabia que, de estar capacitada para ello, Lillith la mataria para ser la unica reina, como ya habia intentado hacer. Se toco el pelo moreno y se miro las manos. Era una mujer hermosa, no cabia duda. Pero no tenia tiempo en recrearse en su fisico, porque habia llegado el momento de levantarse de su tumba y erigirse como la aniquiladora que era. Sujeto el punal del Gaad que habia clavado en su propio cuerpo, en el pecho y lo extrajo con un movimiento seco. Pudo escuchar con extrema facilidad el sonido de sus estructura osea al quebrarse. Con sus nuevos ojos negros valoro lo que la rodeaba. El viento de aquel planeta arrastraba aromas de mugre y muerte, de miedos y arrepentimientos, de avaricia y de enfermedad, mezclados con las esencias de las comidas y los perfumes que todos se ponian para no oler mal. Porque el cuerpo humano era un autentico vertedero de pestes que todos debian disimular. Astrid cerro los ojos y alzo la barbilla pensativa, deleitandose en su vuelta a la vida y valorando todos sus movimientos a partir de ese instante. Azaro habia muerto. Pero ella tenia tres varas, y quedaba Semiasas para despertar.

Necesitaba un cetro mas para desequilibrar la balanza y convocar a Arthos. Y queria hacerlo ella. Pero antes no queria cabos sueltos. --?Lillith? La voz susurrante de Sise hizo que volviera el rostro para mirarla. Los ojos negros de la Vril, cuyo pelo rojo permanecia recogido en lo alto de su cabeza, la inspeccionaron de arriba abajo hasta que se quedaron fijos en su semblante. Astrid permanecio impasible ante su escrutinio durante eternos segundos en los que advirtio que la Vril ya sabia que la Bathory estaba en algun lugar, pero no ahi con ella. --Tu no eres Lillith --murmuro Sise dando un paso atras. La telepata no estaba asustada, si acaso sentia mucho respeto, pero el mero hecho de que la atlante adoptase la imagen de Bathory la tranquilizaba. Astrid comprendio que ellas dos eran amantes y sonrio al saberlo. Los atlantes llegaron a la tierra sin etiquetas ni perjuicios marcados por la sexualidad. Sus dioses no estaban emparejados por ser hombre o mujer, las parejas eran a veces comunidades, y los binomios no estaban marcados por signos femenino y masculino por obligacion, porque ellos eran androginos en su naturaleza y jugaban con la creacion a su antojo. La humanidad empezaba a evolucionar en ese aspecto, aunque fuese el mismo parasito de siempre en otros. --No. No soy Lillith --su voz no le desagradaba. Era la primera vez que la usaba.

--?Donde esta? --pregunto con muchas reservas. --?Quien? --Ya sabes quien. --?La humana? --Astrid dejo caer la cabeza hacia atras y crujio uno de sus huesos--. No se ha ido, si eso es lo que quieres saber. Esta aqui --se toco la sien--. Pero bajo mi custodia. Sus ojos oscuros se convirtieron en una fina linea al ver como los de Lillith pasaban del azul claro al negro de manera intermitente, reflejando la doble personalidad que residia en ella. --No lo hagas --le advirtio Astrid. --?El que? --No intentes meterte en su cabeza. Lo puedo percibir. Eres una telepata. Si lo haces, la matare --amenazo de manera contundente--. Ahora debes hacer lo que yo te diga. Sise arqueo las cejas rojas, incredula ante lo que oian sus oidos. --Eres una atlante en el cuerpo de una humana.

No tienes tu super cerebro, asi que dudo que puedas usar tus poderes --la estudio de arriba abajo. --Puedo porque desde hace siglos he influido en los Bathory... conocen mi energia. Estan listos para ella. Y Lillith no es una humana cualquiera, tiene su ADN mutado, como tu. No deberias ser tan estupida como para querer provocarme. Valora que tengo a tu mujer secuestrada y que, si me ayudas, te la devolvere sana y salva. --Ella no es mi mujer --sentencio con un brillo fanatico en la profundidad de sus iris--. Es mi Reina. Astrid sonrio. Sise pudo comprobar que no era la misma sonrisa superlativa de Lillith. Aquella era siniestra y su curva ocultaba los designios y caprichos de un poder que hasta entonces nunca habia visto. Sin embargo, Sise penso en su propuesta. Si la ayudaba, le devolveria a Bathory. --?Como vas a devolverme a Lillith? No tienes un cuerpo atlante en el que poder dejarte ir de nuevo. --Cierto --susurro acariciando el Gaad con la punta de sus dedos-- pero hay otros recipientes poderosos a los que poder poseer.

Si uso mi poder con este cuerpo, podria consumir a Lillith en unas horas. Y no puedo hacerlo. La necesito para mis propositos. No me podras sacar de aqui por mucho que lo desees, Vril. Con nosotros no funcionan ni los exorcismos ni la brujeria. Solo la magia antigua que, por otro lado, solo nosotros conocemos. --?Que quieres? --Quiero que nos acompanes. Estoy en linea con Lillith, como solias estarlo tu --se burlo-- y esta de acuerdo en todo lo que digo. Necesito su cuerpo para moverme por este plano por ahora, y no quiero perder el tiempo. --No te creo. Dame una prueba de que ella esta de acuerdo con lo que dices. --Las tres queremos lo mismo. El poder total y absoluto, ?me equivoco? --insinuo muy perspicaz. --No te equivocas. Pero somos celosas de la intervencion de otros individuos, asi que demuestrame que ella esta ahi.

--Eres fiel como una perra. A Sise aquello no le ofendio. Astrid suspiro agotando su paciencia. --Dice que me sigas, no como seguias a Maria Orsic. Que lo hagas como seguias a Sumi. Heil und Sieg. Sise afirmo en silencio para permitir que aquella revelacion hiciera mella en ella. Heil und Sieg. <>, era el saludo de la sociedad Thule que tambien adoptaron las Vril. Asi se saludaban cada manana y cada noche ellas dos. Lillith Bathory le estaba pidiendo que siguiera los pasos de Astrid como una primera lider, no como una mensajera a la que se podia traicionar, como habia sucedido con Orsic. Si, serian palabras de la Condesa, de eso estaba segura. Y si estaba de su parte era porque sabia que en algun momento, lograria salirse con la suya y escapar de la atlante. O eso esperaba Sise.--Esta bien --asintio--.

Te ayudare en todo lo que necesites. Astrid se guardo el Gaad detras del pantalon y miro a su alrededor. --Mantendremos ocultos los tres cetros y los pondremos a buen recaudo hasta que los tengamos que usar para despertar a Semiasas. Pero antes debes llevarme a La Granja. Hay que reorganizar a los activos disponibles y desechar a los que no nos sirvan. Aquello alerto a Sise. --?A los que no nos sirvan? Todos nos sirven. Lillith ha estado trabajando mucho en su perfeccionamiento genetico y... --No. Todos no sirven --Astrid nego rotundamente--. Tienen naturaleza humana, no los quiero --zanjo. --Lillith ha trabajado mucho en sus Sisifos... Los ha perfeccionado. Sus avances son asombrosos y... Astrid le dirigio una mirada letal y la hizo callar. --No puedes enviar a un siren a matar a toda su especie. Porque luego se volvera en tu contra, como ha sucedido con Idun. Lillith lo sabe.

Con sus experimentos sucedera lo mismo. Esto es lo que necesito y en orden: ir a El Rancho y hacer limpieza. No voy a dejar ningun cabo suelto porque no quiero sorpresas desagradables como las que se ha llevado Azaro. Necesito sangre del lagrima negra para abrir la tumba de Semiasas, ya se por Lillith que no os queda, dado que la sangre estaba en el Origin, en esos laboratorios en los que creasteis el virus para aniquilar a los sirens y que ha volado por los aires. Necesitamos volver a captar a Idun. Quiero saber donde esta. Para todo ello convocare a los Nigromantes, ellos me ayudaran con su Magia Graen a lograr nuestra meta --se quedo mirando al vacio--, y cuando haya dejado todo listo ire a por el cetro que aun esta en este Reino y puedo percibir --la miro de soslayo. --?Sabes donde se oculta la ultima vara? --dijo impresionada--. Azaro no podia. --No. Pero tengo una vaga idea de quien puede saberlo. Asi que llama a quien tengas que avisar para que nos saquen de aqui, Vril --la urgio dando una palmadita de aviso--. Y carga con mi cuerpo --ordeno echando un ultimo vistazo a su cadaver esqueletico, de ropa espantosa y dorada y cabellera rubia y pobre--. Espero poder volver a el en algun momento. --Si --Sise asintio agitada por la energia de aquella mujer y el rostro de Lillith.

Estaba turbada, pero al mismo tiempo iba a confiar en sus palabras. Era una Vril. Encontraria el modo de hablar con Bathory, porque su cerebro seguia siendo humano. Mientras tanto, haria lo que Astrid le pedia. Sin mas, tomo su movil y contacto a un helicoptero para que las sacaran de ahi rapidamente antes de que descubrieran lo que habia pasado. En aquella llanura del castillo de Cachtice, la tierra se habia abierto para mostrar sus entranas, y de ella habia salido una tumba de piedra y metal atemporal y dificil de ubicar en la historia. Seria buena idea que tambien se la llevaran. Los humanos no sabrian que hacer con ella y, ni mucho menos, sabrian darle un lugar adecuado en la fabula ideada para explicar su evolucion. Dado que la historia que ellos habian aprendido era ficcion, aunque creyeran en ella a pies juntillas. 2 St. Ives, Cornualles. Inglaterra Sentadas en los asientos traseros de su espectacular hidroavion, la famosisima cantante Chaos Eda y su hermana Lea vislumbraban a sus pies aquella hermosa porcion de tierra que siempre les gustaba pisar. Sus llegadas a la isla eran sonadas. De pelicula. Pero contaba con la confidencia de sus trabajadores y con el respeto que podian inspirar en sus habitantes estrellas como ella.

A Chaos, los aldeanos de St. Ives no le preocupaban en absoluto, porque ellos siempre la cubrian, dado el carino que le procesaban y la gran inversion economica que volcaba en el pueblo, en el mantenimiento de su infraestructura y tambien en el cuidado de sus playas, la flora y la fauna. Ellos no la incomodaban. Pero odiaba a los paparazzis. A esos individuos cargados con objetivos de largo alcance y que metian las narices donde no les llamaban. Entendia que fueran un dano colateral de la fama y la popularidad, pero cuanto mas tiempo pasaba, menos los toleraba. Y se sentia fatal por experimentar aquellas emociones, porque en un lugar tan hermoso como St.Ives en Cornualles, Inglaterra, el conclave en el que habia decidido afincarse y hacerlo su hogar, una solo debia sentir paz y belleza. Era su retiro, su retiro en libertad, toda la libertad para hacer lo que quisiera, con quien quisiera y cuando quisiera. Sin embargo, la intromision de esos gacetillas lo enturbiaban todo. Parte de culpa de lo que estaba pasando tambien la tenia su hermana Lea a la que queria colgar de una higuera. Hacia unas semanas, mientras bromeaban en un bano nocturno en la playa, Lea dejo ir un hechizo de atraccion, un amarre para que el hombre adecuado para Chaos fuera arrastrado por la marea hasta llegar al puerto privado de su hermana, en St. Ives. Una total indiscrecion, dado que ya se sabia en el pueblo que ella vivia alli y cualquier cosa extrana que sucediese alrededor se convertiria rapidamente en tema de conversacion de los lugarenos y en objetivo de los periodistas amarillentos. Y eso que, en realidad, sus vecinos eran personas muy discretas poco dadas a expresar sorpresa siempre que la podian ver en su moto acuatica, o en su lancha, o con su coche... O como en aquel momento haria, llegando con su hidroavion y amerizando suavemente sobre las olas.

Pero en aquella ocasion nada podia hacer ya. Lo unico que le quedaba era recoger a ese hombre que reposaba en la orilla de su playa privada, sin camiseta, sin calzado, solo con unos tejanos puestos. Lo estaba controlando por la camara conectada a su movil. Parecia estar inconsciente. Todo su sistema de seguridad rodeaba su propiedad y los alrededores y podia verlo todo cuando quisiera en tiempo real en su dispositivo. --Joder, Lea... --gruno en voz baja reprobando a su hermana con la mirada. Lea se encogio de hombros como si nada. --Con este van tres --le recordo--. Un viejo borracho, un pescador de Southampton... --No. Discrepo --la corto Lea. Sus ojos verde claro resaltaban entre su larga cabellera roja --. Ellos no estaban bajo el hechizo. Estoy convencidisima. Fueron errores. --?Errores? Tu no erras en tus hechizos.

--Te digo que esos dos han sido meras casualidades... la marea debia traerte al indicado. No a una pareja de pescadores borrachos. --Yo no quiero a ningun indicado. No quiero a nadie, Lea --le dijo de mal humor--. No quiero cargar con nadie ni vincularme a nadie. Nadie que me diga ni que hacer, ni adonde ir, ni como vestirme o como comportarme, ni con quien debo acostarme. --Es evidente que no tienes ni idea de lo que significa tener pareja. --Ni quiero saberlo. Estoy bien tal y como estoy. Y menos ahora... Los sirens estan en Isla Delphine y mira todo lo que esta provocando la irrupcion del lagrima negra en nuestras vidas. Deberiamos estar disponibles por si hay que usar nuestros poderes y proteger nuestro hogar. Mientras Chaos hablaba, no sin razon, Lea miro el largo pelo castano de su hermana y sus ojos grandes y de un color ambiguo: a veces verde, y otras marron claro. Era encantadora y rabiosamente sexi. Una muy mala combinacion para pasar desapercibida. Tenia ese aura de estrella que no podia sacudirse ni a palos.

Era inevitable no mirarla y volver a hacerlo una y otra vez. Lea tambien era muy consciente de lo que estaba sucediendo; su hermanito Arthur no dejaba de escribir en su cuaderno, y eso era senal de muchos cambios, tal vez, de mal augurio. Pero Chaos y ella se lo pasaban en grande las dos juntas siempre que fantaseaban sobre posibles parejas hipoteticas de Chaos. Era divertido. Por eso habia realizado ese hechizo de atraccion. Para reirse un rato y ver como su hermana actuaria ante tamano percal, ajena a nada de lo que iba a acontecer en Isla Delfin. Sin embargo, tanto en su hechizo como en su isla algo habia salido mal. --?Y este que crees que es? --le pregunto Chaos. --Pues no lo se --adujo observando la pantalla--, pero al menos es joven, y parece enorme y fuerte --arqueo las cejas rojas repetidas veces--. No tiene aspecto de pescador borracho. Chaos resoplo, sabedora de que ella tendria que remediar todo aquel embrollo. Hablaria con ese tipo y le invitaria a irse antes de que cualquier periodista le sacara una foto con ella encima y dijera que estaban fornicando en su playa. Y despues, se irian de nuevo a Isla Delfin, donde realmente la necesitaban. --Bajamos. Recorres el muelle y lo recoges --ordeno Chaos--.

No quiero saber nada de el ni de esto --chasqueo sus dedos--. Sabes que tengo compromisos manana en Francia. Nada de esto me puede retrasar. --A mi no me hagas asi --Lea chasqueo los suyos--, no soy uno de tus esclavos sexuales. --No lo eres, pero siempre me metes en lios. Estaban a punto de enzarzarse en una nueva discusion cuando el hidroavion por fin toco agua cristalina y esmeralda y aminoro la velocidad para que la puerta de salida quedase justo al inicio del pequeno muelle de madera que llevaria hasta la propiedad de Chaos. De bases solidas y afianzadas en la arena, permitia que se atracara con facilidad. --Yo me metere en casa y tu lo traes. --?Por que tengo que cargarlo yo? --protesto Lea. --!Porque tu eres la lianta, Lea! --exclamo incredula al ver la fingida inocencia de su hermana--. Si hay fotografos cerca, quiero desentenderme del marco. .

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