LIBRO LAS MUJERES NO SOMOS INVISIBLES PDF GRATIS

Aun me dura la resaca que sufri despues de haber asistido a la boda de mi mejor amiga, Sandy, hace dos dias. No estoy acostumbrada a beber --menos aun, champan--, y lo hice durante las mas de seis horas que habia durado la celebracion. Ser la dama de honor de mi amiga --vestida de blanco--, mientras se ataba a su novio, Bradley, para el resto de su vida, no me sento nada bien. Sobre todo, despues de haber visto a Andrew en la iglesia y de recibir su ignorancia y las inquisidoras preguntas provenientes de los conocidos, a las cuales contestaba con mi repetitiva respuesta: <>. Darse un tiempo... Que tonterias se pueden llegar a decir para justificar lo que esta resultando una dolorosa ruptura. ?Que significado tiene esa frase si yo no pude dejar de mirarlo --tan elegante y guapo con su chaque y con la corbata azul, que hacia juego con sus ojos-- y el no se fijo en mi ni un segundo? La verdad es simple y llana: habiamos terminado para siempre. Lo vi felicitar a Bradley y disculparse porque no asistiria a la fiesta posterior; luego, se acerco a Sandy con la misma intencion, mostrandose como era el -- tan serio y formal--, le dio dos besos a mi amiga, le deseo que alcanzara la felicidad que merecia, y un simple <> para mi. Despues de haber compartido cuatro anos juntos y de haber expuesto demasiadas ilusiones, solo tuvo dos palabras y dos segundos para mi. ?Y yo? ?Acaso yo no merezco ser tan feliz como mi amiga? Si no lo logro es porque solo hay un culpable, y ese es Andrew. Me habia obligado a divertirme en la fiesta, me habia esforzado por no fastidiar el fantastico dia de mis amigos con mis lamentaciones pero, en cuanto llegue a casa, me derrumbe y, entre los efectos del alcohol y la profunda nostalgia que habia estado sufriendo desde hacia varias semanas, me dormi llorando, compadeciendome de mi misma y envidiando a Sandy por el importante paso que habia sido capaz de dar. Pero, claro, Bradley es un pedazo de pan, el hombre mas tranquilo que conozco, siempre paciente con la caprichosa Sandy y entregado a compartir su vida con ella; a cambio, solo exige que le permita ir a los partidos del Chelsea. Se llevan de fabula, despues de cinco anos de novios, y estan deseando casarse y formar una familia con hijos, mascota, y todo eso que lleva una familia de pelicula. Y yo estoy convencida de que ellos lo conseguiran. Para olvidarme de mi dolor, me decidi a pasar el resto del verano en compania de mis abuelos, Lola y Robert, en su casa de Tarifa, hasta que ellos regresaran a Reino Unido, donde viven habitualmente, compartiendo su residencia entre Londres y la preciosa Sussex, lugar que atesora los mejores recuerdos de mi vida. Junto a mi corta pero escandalosa familia, estaba segura de que mi corazon destrozado se recompondria como un puzle, aunque siempre le faltara la pieza que Andrew se quedo y que corresponde a esa parte de mi vida que ocupaban los cuatros anos que habiamos compartido; por mi parte -- salvo los tres ultimos meses--, los anos mas felices.

Nunca hubiera imaginado que asi iba ser el convivir junto a una persona ajena a mi circulo familiar. Necesitaba descansar despues de los meses que pase dudando si debia separarme de Andrew y de los dos que llevabamos viviendo cada uno por nuestro lado. Al menos, no resulto tan doloroso y dramatico, como habia supuesto al tomar la decision; primero, porque estuvo cantado un par de meses antes y, segundo, reconoci que entretenerme en los preparativos de la boda de mis amigos me ayudo a pasar el mal trance. Mi horario de trabajo es libre y me habia permitido ocuparme de asuntos relacionados con la boda y que Sandy no podia resolver; yo le agradeci cada dia que me hubiera mantenido tan ocupada. Andrew se habia mostrado reacio a romper y habia pretendido que nos tomaramos mas tiempo antes de haberlo hecho de forma definitiva; me habia prometido que nuestra vida cambiaria y que el iria cediendo parte de su carga laboral a su hermano Ross. Ese si que sabe vivir la vida. Obtiene la mitad de los beneficios de la empresa familiar de publicidad que Andrew se desloma en mantener a base de horas y horas que, por supuesto, nos robaba a ambos y a su propio descanso fisico. En los ultimos meses, yo habia pasado mas tiempo con Sandy y Bradley que con mi novio; mi amigo bromeaba con mi exnovio diciendole que, cualquier dia, se montaria un menage a trois con nosotras dos, pero a el no parecio afectarle mucho ese comentario. Yo lo queria mucho y el se sentia seguro de ello. Andy y yo viviamos en un apartamento en Notting Hill --amplio, coqueto y romantico-- que habia heredado de su abuelo y del que disfrutaba yo mas que el porque trabajaba en casa; me encantaba el barrio y ese precioso piso que habiamos reformado juntos con tanta ilusion. Cuando lo deje me fui a Chelsea, a casa de mi abuelo Robert. No queria regresar a Sevilla, junto a mis padres, y comenzar una anodina e imposible busqueda de trabajo que ya tengo en Londres y que, por ahora, me satisface. Mis abuelos me ayudaron mucho en mis comienzos de periodista, y escribo en varios periodicos digitales, a la vez que trabajo en el proyecto de mi primera novela. El periodismo se me da bien o, al menos, el periodismo moderno, porque yo me muevo por las redes sociales como pez en el agua. Algunos meses gano dos mil libras con mis articulos; otros, no llego a la mitad, pero tengo la inmensa fortuna de no tener que pagar ni casa y, la mayoria de los meses, si mis abuelos estan en Londres, ni siquiera me costeo la comida; antes lo hacia Andrew.

Siempre he vivido comodamente, sin problemas economicos; jamas lo he negado. Ademas, elegi quedarme porque la historia sobre la que escribo sucede, en parte, en esta ciudad. La verdad es que encontraba todas las excusas posibles para continuar viviendo en Londres, pero la real y unica era que esperaba que Andrew me llamara algun dia y me dijera por fin que tenia un horario normal de trabajo, de nueve a cinco y de lunes a viernes, porque para algo era el jefe y porque estaba deseando tenerme de nuevo en su casa. Pero, como eso no sucedio durante los dos primeros meses despues de nuestra ruptura, tras una visita relampago a mis padres, en Sevilla, antes de que se marcharan de viaje a San Francisco, donde mi madre asistiria a un congreso de oftalmologia, me cobije junto a las personas que mas amo en este mundo: mis abuelos paternos. Reconozco que aun estoy loca y profundamente enamorada de Andrew, y me duele que el no se haya esforzado en realizar ese cambio que tantas veces me prometio mientras estuvimos juntos. No soporto que me haya dejado marchar; la decepcion y la frustracion que siento por haberlo permitido me superan, y yo, tras nuestra ruptura, no consigo ser la misma. Pero no quiero esa clase de vida en la que no ves a tu pareja la mitad de los dias porque el esta demasiado ocupado con su trabajo. .