Velocidad de acceso para este archivo: 12658 KB/Sec
Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipisicing elit. Consequatur in incidunt est fugiat, cum minima odit veritatis nihil atque temporibus sint sed aliquid, ex ea? Quo sint fugiat dolores tenetur repellat quam officiis unde commodi necessitatibus sequi facere, laudantium odio consequuntur adipisci placeat asperiores nam quis nesciunt? Excepturi, nisi accusantium?
Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipisicing elit. Perferendis ducimus exercitationem odio vitae sint rem! Praesentium nihil consectetur rem sapiente, omnis temporibus provident quos velit molestias aspernatur quod voluptate dolor molestiae quas nulla? Corrupti, repellat eos ipsam voluptatum nobis, itaque labore autem ipsa reprehenderit sequi consectetur facere dicta, ad impedit earum. Beatae nostrum iste optio vitae autem nam culpa nulla perferendis ipsum laboriosam est dolorem quos esse, eveniet perspiciatis, hic unde rerum necessitatibus! Totam natus optio, quaerat maxime similique laborum ipsam iste unde blanditiis est debitis molestiae nostrum in iure perferendis quia minima dolore. Voluptatum eligendi rerum nesciunt ab praesentium.
Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipisicing elit. Consequatur in incidunt est fugiat, cum minima odit veritatis nihil atque temporibus sint sed aliquid, ex ea? Quo sint fugiat dolores tenetur repellat quam officiis unde commodi necessitatibus sequi facere, laudantium odio consequuntur adipisci placeat asperiores nam quis nesciunt? Excepturi, nisi accusantium?
Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipisicing elit. Dolores voluptate a sed adipisci consequuntur ad enim in eius illum sit, quas perspiciatis quod ducimus quisquam, suscipit obcaecati animi, consequatur ipsum!

Autor de la obra
Este autor, RAY BRADBURY , es reconocido dentro de esta rama sobre todo porque tiene más de un libro por los que es reconocido a nivel nacional, pero asimismo fuera de nuestras fronteras.
Es un gran conocedor de la temática, por eso entre los géneros literarios que normalmente acostumbra escribir está/n 2019 .
¿A qué categoría/s pertenece esta obra?
Esta obra puede clasificarse en cantidad de categorías, pero una de las más esencial es:
2019
Poco a poco más gente están decidiéndose por leer estos géneros, en los últimos años, el número de personas que adquiere libros que tienen mucha relación con estas categorías ha crecido considerablemente, hasta llegar a convertirse en uno de los géneros con más número de ventas en el mundo, y por eso mismo imaginamos que tienes interés en descargar de forma gratuita el libro.
LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL ha alcanzado llamar la atención en muchos de estos géneros y se han transformado en un libro referente en alguna de ellas, debido en gran parte a la enorme experiencia de este escritor, como ya conoceréis, es un redactor muy popular en estos géneros.
¿Qué precio tiene LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL?
Esta obra la puedes adquirir sin gastar apenas dinero puesto que ahora mismo vale este libro tiene un precio en el mercado.
Como has podido ver, el costo es irrisorio para el genial contenido que posee este ejemplar.
Este libro tiene de las que mejores proporciones calidad/precio tiene en las categorías: 2019
Nota de los lectores
Este libro posee una puntuación puesta por personas entendidas, la nota de este libro es: 7,5/10.
Todo el mundo que han puesto nota esta obra son profesionales de este género y han leído LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL online antes de dar su opinión, de esta manera, estamos 100 % seguros de que esta valoración es la idónea y por esta razón se la ofrecemos.
Resumen de LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL
Ahora te ofrecemos un interesante fragmento para que puedas conocer más sobre el libro antes de adquirir LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL
Veintidos relatos, todos encantadores. Desde historias de pequenas ciudades, naves espaciales, e incluso serpientes marinas, Bradbury conjura poderosas imagenes para asombrarnos, algunos con giros asombrosos, otros no, pero todos y cada uno poseen cierto encanto. Desde el primer relato el lector es transportado al universo ilimitado de Bradbury; no en una realidad mundana, sino en fantasticos viajes a traves del tiempo y del espacio.
Más información sobre el libro
Puedes encontrar más para descargar libro las doradas manzanas del sol
Para leer y descargar el libro "Las doradas manzanas del sol" puedes hacerlo gratis aquí.
En este momento, vamos a ofrecerte datos interesantes sobre el libro que es posible que quieras ver antes de empezar a leer este libro, como por servirnos de un ejemplo puede ser, el número de páginas, el año de edición, dónde descargar LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL, dónde leer en línea LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL, y considerablemente más datos.
Resumen del libro
Alla afuera en el agua helada, lejos de la costa, esperabamos todas las noches la llegada de la niebla, y la niebla llegaba, y aceitabamos la maquinaria de bronce, y encendiamos los faros de niebla en lo alto de la torre. Como dos pajaros en el cielo gris, McDunn y yo lanzabamos el rayo de luz, rojo, luego blanco, luego rojo otra vez, que miraba los barcos solitarios. Y si el os no veian nuestra luz, oian siempre nuestra voz, el grito alto y profundo de la sirena, que temblaba entre jirones de neblina y sobresaltaba y alejaba a las gaviotas como mazos de naipes arrojados al aire, y hacia crecer las olas y las cubria de espuma. --Es una vida solitaria, pero uno se acostumbra, ?no es cierto? --pregunto McDunn. --Si --dije--. Afortunadamente, es usted un buen conversador. --Bueno, manana iras a tierra --agrego McDunn sonriendo-- a bailar con las muchachas y tomar gin. --?En que piensa usted, McDunn, cuando lo dejo solo? --En los misterios del mar. McDunn encendio su pipa. Eran las siete y cuarto de una helada tarde de noviembre. La luz movia su cola en doscientas direcciones, y la sirena zumbaba en la alta garganta del faro. En ciento cincuenta kilometros de costa no habia poblaciones; solo un camino solitario que atravesaba los campos desiertos hasta el mar, un estrecho de tres kilometros de frias aguas, y unos pocos barcos. --Los misterios del mar --dijo McDunn pensativamente--. ?Pensaste alguna vez que el mar es como un enorme copo de nieve? Se mueve y crece con mil formas y colores, siempre distintos. Es raro.
Una noche, hace anos, cuando todos los peces del mar salieron ahi a la superficie. Algo los hizo subir y quedarse flotando en las aguas, como temblando y mirando la luz del faro que caia sobre ellos, roja, blanca, roja, blanca, de modo que yo podia verles los ojitos. Me quede helado. Eran como una gran cola de pavo real, y se quedaron ahi hasta la medianoche. Luego, casi sin ruido, desaparecieron. Un millon de peces desaparecio. Imagine que quizas, de algun modo, vinieron en peregrinacion. Raro, pero piensa que debe parecerles una torre que se alza veinte metros sobre las aguas, y el dios-luz que sale del faro, y la torre que se anuncia a si misma con una voz de monstruo. Nunca volvieron aquellos peces, ?pero no se te ocurre que creyeron ver a Dios? Me estremeci. Mire las grandes y grises praderas del mar que se extendian hacia ninguna parte, hacia la nada. --Oh, hay tantas cosas en el mar. --McDunn chupo su pipa nerviosamente, parpadeando. Habia estado nervioso todo el dia y no habia dicho por que--. A pesar de nuestras maquinas y los llamados submarinos, pasaran diez mil siglos antes que pisemos realmente las tierras sumergidas, sus fabulosos reinos, y sintamos realmente miedo. Piensalo, alla abajo es todavia el ano 300.
000 antes de Cristo. Cuando nos paseabamos con trompetas arrancandonos paises y cabezas, el os vivian ya bajo las aguas, a dieciocho kilometros de profundidad, helados en un tiempo tan antiguo como la cola de un cometa. --Si, es un mundo viejo. --Ven. Te he reservado algo especial. Subimos lentamente los ochenta escalones, hablando. Arriba, McDunn apago las luces del cuarto para que no hubiese reflejos en las paredes de vidrio. El gran ojo de luz zumbaba y giraba suavemente sobre sus cojinetes aceitados. La sirena llamaba regularmente cada quince segundos. --Es como la voz de un animal, ?no es cierto? --McDunn se aprobo a si mismo con un movimiento de cabeza--. Un gigantesco y solitario animal que grita en la noche. Echado aqui, al borde de diez billones de anos, y llamando a los abismos. Estoy aqui, estoy aqui, estoy aqui. Y los abismos le responden, si, le responden. Ya llevas aqui tres meses, Johnny, y es hora que lo sepas.
En esta epoca del ano --dijo McDunn estudiando la oscuridad y la niebla--, algo viene a visitar el faro. --?Los cardumenes de peces? --No, otra cosa. No te lo dije antes porque me creerias loco, pero no puedo callar mas. Si mi calendario no se equivoca, esta noche es la noche. No dire mucho, lo veras tu mismo. Sientate aqui. Manana, si quieres, empaquetas tus cosas y tomas la lancha y sacas el coche desde el galpon del muelle, y escapas a algun pueblito mediterraneo y vives alli sin apagar nunca las luces de noche. No te acusare. Ha ocurrido en los ultimos tres anos y solo esta vez hay alguien aqui conmigo. Espera y mira. Paso media hora y solo murmuramos unas pocas frases. Cuando nos cansamos de esperar, McDunn me explico algunas de sus ideas sobre la sirena. --Un dia, hace muchos anos, vino un hombre y escucho el sonido del oceano en la costa fria y sin sol, y dijo: <
Hare un sonido tan desolado que alcanzara a todos y al oirlo gemiran las almas, y los hogares pareceran mas tibios, y en las distantes ciudades todos pensaran que es bueno estar en casa. Hare un sonido y un aparato y lo llamaran la sirena, y quienes lo oigan conoceran la tristeza de la eternidad y la brevedad de la vida>>. La sirena llamo. --Imagine esta historia --dijo McDunn en voz baja-- para explicar por que esta criatura visita el faro todos los anos. La sirena la llama, pienso, y ella viene... --Pero... --dije. --Chist... --dijo McDunn--. !Alli! Senalo los abismos. Algo se acercaba al faro, nadando. Era una noche helada, como ya dije. El frio entraba en el faro, la luz iba y venia, y la sirena llamaba y llamaba entre los hilos de la niebla. Uno no podia ver muy lejos, ni muy claro, pero alli estaba el mar profundo moviendose alrededor de la tierra nocturna, aplastado y mudo, gris como barro, y aqui estabamos nosotros dos, solos en la torre, y alla, lejos al principio, se elevo una onda, y luego una ola, una burbuja, una raya de espuma. Y en seguida, de la superficie del mar frio salio una cabeza, una cabeza grande, oscura, de ojos inmensos, y luego un cuello. Y luego... no un cuerpo, sino mas cuello, y mas. La cabeza se alzo doce metros por encima del agua sobre un delgado y hermoso cuello oscuro. Solo entonces, como una islita de coral negro y moluscos y cangrejos, surgio el cuerpo de los abismos.
La cola se sacudio sobre las aguas. Me parecio que el monstruo tenia unos veinte o treinta metros de largo. No se que dije entonces. Algo dije. --Calma, muchacho, calma --murmuro McDunn. --!Es imposible! --dije. --No, Johnny, nosotros somos imposibles. El es lo que era hace diez millones de anos. No ha cambiado. Nosotros y la Tierra cambiamos, nos hicimos imposibles. Nosotros. El monstruo nado lentamente y con una gran y oscura majestad en las aguas frias. La niebla iba y venia a su alrededor, borrando momentaneamente su forma. Uno de los ojos del monstruo reflejo nuestra luz inmensa, roja, blanca, roja, blanca, y fue como un disco que en lo alto de una mano enviase un mensaje en un codigo primitivo. El silencio del monstruo era como el silencio de la niebla.
Yo me agache, sosteniendome de la barandilla de la escalera. --!Parece un dinosaurio! --Si, uno de la tribu. --!Pero murieron todos! --No, se ocultaron en los abismos del mar. Muy, muy abajo en los mas abismales de los abismos. Es esta una verdadera palabra ahora, Johnny, una palabra real; dice tanto: los abismos. Una palabra con toda frialdad y la oscuridad y las profundidades del mundo. --?Que haremos? --?Que podemos hacer? Es nuestro trabajo. Ademas, estamos aqui mas seguros que en cualquier bote que pudiera llevarnos a la costa. El monstruo es tan grande como un destructor, y casi tan rapido. --?Pero por que viene aqui? En seguida tuve la respuesta. La sirena, llamo. Y el monstruo respondio. Un grito que atraveso un millon de anos, nieblas y agua. Un grito tan angustioso y solitario que temblo dentro de mi cuerpo y mi cabeza. El monstruo le grito a la torre.
La sirena llamo. El monstruo rugio otra vez. La sirena llamo. El monstruo abrio su enorme boca dentada, y de la boca salio un sonido que era el llamado de la sirena. Solitario, vasto y lejano. Un sonido de soledad, mares invisibles, noches frias. Eso era el sonido. --?Entiendes ahora --susurro McDunn-- por que viene aqui? Asenti con un movimiento de cabeza. --Todo el ano, Johnny, ese monstruo estuvo alla, mil kilometros mar adentro, y a treinta kilometros bajo las aguas, soportando el paso del tiempo. Quiza esta solitaria criatura tiene un millon de anos. Piensalo, esperar un millon de anos. ?Esperarias tanto? Quiza es el ultimo de su especie. Yo asi lo creo. De todos modos, hace cinco anos vinieron aqui unos hombres y construyeron este faro. E instalaron la sirena, y la sirena llamo y llamo y su voz llego a donde tu estabas, hundido en el sueno y en recuerdos de un mundo donde habia miles como tu.
Pero ahora estas solo, enteramente solo en un mundo que no te pertenece, un mundo del que debes huir. >>El sonido de la sirena llega entonces, y se va, y llega y se va otra vez, y te mueves en el barroso fondo de los abismos, y abres los ojos como los lentes de una camara de cincuenta centimetros, y te mueves lentamente, lentamente, pues tienes todo el peso del oceano sobre los hombros. Pero la sirena atraviesa mil kilometros de agua, debil y familiar, y en el horno de tu vientre arde otra vez el fuego, y te incorporas lentamente, lentamente. Te alimentas de grandes cardumenes de abadejos y de rios de medusas, y subes lentamente por los meses de otono, y setiembre cuando nacen las nieblas, y octubre con mas niebla, y la sirena todavia llama, y luego, en los ultimos dias de noviembre, luego de haber ascendido dia a dia, unos pocos metros por hora, estas cerca de la superficie, y todavia vivo. Tienes que subir lentamente: si te apresuras; estallas. Asi que tardas tres meses en llegar a la superficie, y luego unos dias mas para nadar por las frias aguas hasta el faro. Y ahi estas, ahi, en la noche, Johnny, el mayor de los monstruos creados. Y aqui esta el faro, que te llama, con un cuello largo como el tuyo que emerge del mar, y un cuerpo como el tuyo, y, sobre todo, con una voz como la tuya. ?Entiendes ahora, Johnny, entiendes? La sirena llamo. El monstruo respondio. Lo vi todo..., lo supe todo. El solitario millon de anos, esperando a alguien que nunca volveria. El millon de anos de soledad en el fondo del mar, la locura del tiempo alli, mientras los cielos se limpiaban de pajaros-reptiles, los pantanos se secaban en los continentes, los perezosos y dientes de sable se zambullian en pozos de alquitran, y los hombres corrian como hormigas blancas por las lomas. La sirena llamo. --El ano pasado --dijo McDunn--, esta criatura nado alrededor y alrededor, alrededor y alrededor, toda la noche.
Sin acercarse mucho, sorprendida, diria yo. Temerosa, quizas. Pero al otro dia, inesperadamente, se levanto la niebla, brillo el sol, y el cielo era tan azul como en un cuadro. Y el monstruo huyo del calor, y el silencio, y no regreso. Imagino que ha estado pensandolo todo el ano, pensandolo de todas las maneras posibles. El monstruo estaba ahora a no mas de cien metros, y el y la sirena se gritaban alternadamente. Cuando la luz caia sobre el os, los ojos del monstruo eran fuego y hielo, fuego y hielo. --Asi es la vida --dijo McDunn--. Siempre alguien que espera a algun otro, que nunca vuelve. Siempre alguien que quiere a algun otro que no lo quiere. Y al fin uno busca destruir a ese otro, quienquiera que sea, para que no nos lastime mas. El monstruo se acercaba al faro. La sirena llamo. --Veamos que ocurre --dijo McDunn. Apago la sirena.
El minuto siguiente fue de un silencio tan intenso que podiamos oir nuestros corazones que golpeaban en el cuarto de vidrio, y el lento y lubricado girar de la luz. El monstruo se detuvo. Sus grandes ojos de linterna parpadearon. Abrio la boca. Emitio una especie de ruido sordo, como un volcan. Movio la cabeza a un lado y a otro como buscando los sonidos que ahora se perdian en la niebla. Miro el faro. Algo retumbo otra vez en su interior. Y se le encendieron los ojos. Se incorporo, azotando el agua, y se acerco a la torre con ojos furiosos y atormentados. --!McDunn! --grite--. !La sirena! McDunn busco a tientas el obturador. Pero antes que la sirena sonase otra vez, el monstruo ya se habia incorporado. Vislumbre un momento sus garras gigantescas, con una brillante piel correosa entre los dedos, que se alzaban contra la torre. El gran ojo derecho de su angustiada cabeza brillo ante mi como un caldero en el que podia caer, gritando.
La torre se sacudio. La sirena grito; el monstruo grito. Abrazo el faro, y arano los vidrios, que cayeron hechos trizas sobre nosotros. McDunn me tomo por el brazo. --!Abajo! --grito. La torre se balanceaba, tambaleaba, y empezaba a ceder. La sirena y el monstruo rugian. Trastabillamos y casi caimos por la escalera. --!Rapido! Llegamos abajo cuando la torre ya se doblaba sobre nosotros. Nos metimos bajo las escaleras en el pequeno sotano de piedra. Las piedras llovieron en un millar de golpes. La sirena callo bruscamente. El monstruo cayo sobre la torre, y la torre se derrumbo. Arrodillados, McDunn y yo nos abrazamos mientras el mundo estallaba. Todo termino de pronto, y no hubo mas que oscuridad y el golpear de las olas contra los escalones de piedra.
Eso y el otro sonido. --Escucha --dijo McDunn en voz baja--. Escucha. Esperamos un momento. Y entonces comence a escucharlo. Al principio fue como una gran succion de aire, y luego el lamento, el asombro, la soledad del enorme monstruo doblado sobre nosotros, de modo que el nauseabundo hedor de su cuerpo llenaba el sotano. El monstruo jadeo y grito. La torre habia desaparecido. La luz habia desaparecido. La criatura que habia llamado a traves de un millon de anos habia desaparecido. Y el monstruo abria la boca y llamaba. Eran los llamados de la sirena, una y otra vez. Y los barcos en alta mar, no descubriendo la luz, no viendo nada, pero oyendo el sonido debian de pensar: ahi esta, el sonido solitario, la sirena de la bahia Solitaria. Todo esta bien. Hemos doblado el cabo.
Y asi pasamos aquella noche. A la tarde siguiente, cuando la patrulla de rescate vino a sacarnos del sotano, sepultado bajo los escombros de la torre, el sol era tibio y amarillo. --Se vino abajo, eso es todo --dijo McDunn gravemente--. Nos golpearon malamente las olas y se derrumbo. Me pellizco el brazo. No habia nada que ver. El mar estaba sereno, el cielo era azul. La materia verde que cubria las piedras caidas y las rocas de la isla olia a algas. Las moscas zumbaban alrededor. Las aguas desiertas golpeaban la costa. Al ano siguiente construyeron un nuevo faro, pero en aquel entonces yo habia conseguido trabajo en un pueblito, y me habia casado, y vivia en una acogedora casita de ventanas amarillas en las noches de otono, de puertas cerradas y chimenea humeante. En cuanto a McDunn era el encargado del nuevo faro, de cemento y reforzado con acero. --Por si acaso --habia dicho McDunn. Terminaron el nuevo faro en noviembre. Una tarde llegue hasta alli y detuve el coche y mire las aguas grises y escuche la nueva sirena que sonaba una, dos, tres, cuatro veces por minuto, alla en el mar, sola.
--?El monstruo? No habia vuelto. --Se ha ido --dijo McDunn--. Se ha ido a los abismos. Ha comprendido que en este mundo no se puede amar demasiado. Se ha ido a los mas abismales de los abismos a esperar otro millon de anos. Ah, !pobre criatura! Esperando alla, esperando y esperando mientras el hombre viene y va por este lastimoso y minimo planeta. Esperando y esperando. Sentado en mi coche, no podia ver el faro o la luz que barria la bahia Solitaria. Solo oia la sirena, la sirena, la sirena, y sonaba como el llamado del monstruo. Me quede asi, inmovil, deseando poder decir algo.
.
libro las doradas manzanas del sol
libro las doradas manzanas del sol pdf
las doradas manzanas del sol
las doradas manzanas del sol pdf
las doradas manzanas del sol resumen
las doradas manzanas del sol frases
las doradas manzanas del sol cuento resumen
las doradas manzanas del sol sinopsis
las doradas manzanas del sol el asesino
las doradas manzanas del sol opiniones
las doradas manzanas del sol epub
las doradas manzanas del sol yeats
las doradas manzanas del sol ray bradbury pdf
las doradas manzanas del sol ray bradbury
ray bradbury libros
ray bradbury biografia
ray bradbury fahrenheit 451
ray bradbury cuentos
ray bradbury frases
ray bradbury cuento de navidad
ray bradbury cronicas marcianas
ray bradbury obras
ray bradbury biography
ray bradbury el hombre ilustrado
Descargar LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL gratis pdf
Suponemos que deseas saber de qué manera puedes leer LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL en línea o descargar LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL pdf sin coste a fin de que puedas tener el libro sin comprarlo.
Si estás en esta web es por el hecho de que buscas la manera de bajar LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL en pdf, tristemente nosotros no ofrecemos la descarga de LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL sin coste, ya que esto es algo ilegal, tampoco podemos ofrecerte leer LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL en línea en pdf por el mismo motivo.