Saltar al contenido

LIBRO EL BOSQUE DE TU NOMBRE PDF GRATIS

Estás a punto de leer este libro.

Velocidad de acceso para este archivo: 12658 KB/Sec

Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipisicing elit. Consequatur in incidunt est fugiat, cum minima odit veritatis nihil atque temporibus sint sed aliquid, ex ea? Quo sint fugiat dolores tenetur repellat quam officiis unde commodi necessitatibus sequi facere, laudantium odio consequuntur adipisci placeat asperiores nam quis nesciunt? Excepturi, nisi accusantium?

Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipisicing elit. Perferendis ducimus exercitationem odio vitae sint rem! Praesentium nihil consectetur rem sapiente, omnis temporibus provident quos velit molestias aspernatur quod voluptate dolor molestiae quas nulla? Corrupti, repellat eos ipsam voluptatum nobis, itaque labore autem ipsa reprehenderit sequi consectetur facere dicta, ad impedit earum. Beatae nostrum iste optio vitae autem nam culpa nulla perferendis ipsum laboriosam est dolorem quos esse, eveniet perspiciatis, hic unde rerum necessitatibus! Totam natus optio, quaerat maxime similique laborum ipsam iste unde blanditiis est debitis molestiae nostrum in iure perferendis quia minima dolore. Voluptatum eligendi rerum nesciunt ab praesentium.

Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipisicing elit. Consequatur in incidunt est fugiat, cum minima odit veritatis nihil atque temporibus sint sed aliquid, ex ea? Quo sint fugiat dolores tenetur repellat quam officiis unde commodi necessitatibus sequi facere, laudantium odio consequuntur adipisci placeat asperiores nam quis nesciunt? Excepturi, nisi accusantium?

Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipisicing elit. Dolores voluptate a sed adipisci consequuntur ad enim in eius illum sit, quas perspiciatis quod ducimus quisquam, suscipit obcaecati animi, consequatur ipsum!

Descargar EL BOSQUE DE TU NOMBRE gratis pdf - leer online

Autor de la obra

Karina Pacheco

Este autor, KARINA PACHECO , es reconocido dentro de esta rama sobre todo porque tiene más de un libro por los que es reconocido a nivel nacional, pero asimismo fuera de nuestras fronteras.

Es un gran conocedor de la temática, por eso entre los géneros literarios que normalmente acostumbra escribir está/n 2019 .

¿A qué categoría/s pertenece esta obra?

Esta obra puede clasificarse en cantidad de categorías, pero una de las más esencial es:
2019

Poco a poco más gente están decidiéndose por leer estos géneros, en los últimos años, el número de personas que adquiere libros que tienen mucha relación con estas categorías ha crecido considerablemente, hasta llegar a convertirse en uno de los géneros con más número de ventas en el mundo, y por eso mismo imaginamos que tienes interés en descargar de forma gratuita el libro.

EL BOSQUE DE TU NOMBRE ha alcanzado llamar la atención en muchos de estos géneros y se han transformado en un libro referente en alguna de ellas, debido en gran parte a la enorme experiencia de este escritor, como ya conoceréis, es un redactor muy popular en estos géneros.

¿Qué precio tiene EL BOSQUE DE TU NOMBRE?

Esta obra la puedes adquirir sin gastar apenas dinero puesto que ahora mismo vale este libro tiene un precio en el mercado.

Como has podido ver, el costo es irrisorio para el genial contenido que posee este ejemplar.

Este libro tiene de las que mejores proporciones calidad/precio tiene en las categorías: 2019

Nota de los lectores

Este libro posee una puntuación puesta por personas entendidas, la nota de este libro es: 7,5/10.

Todo el mundo que han puesto nota esta obra son profesionales de este género y han leído EL BOSQUE DE TU NOMBRE online antes de dar su opinión, de esta manera, estamos 100 % seguros de que esta valoración es la idónea y por esta razón se la ofrecemos.

Resumen de EL BOSQUE DE TU NOMBRE

Ahora te ofrecemos un interesante fragmento para que puedas conocer más sobre el libro antes de adquirir EL BOSQUE DE TU NOMBRE

En medio de una crisis personal, Ariel, medico ancado en Londres, relee uno de sus antiguos cuadernos infantiles. Entre dibujos y garabatos, descubre un texto inquietante: su padre, un exiliado guatemalteco que acaba de morir, conesa su participacion en un ajuste de cuentas sucedido cuatro decadas atras, por el asesinato de una mujer de la que nunca oyo hablar.

Más información sobre el libro

Puedes encontrar más para descargar el bosque de tu nombre

Para leer y descargar el libro "El bosque de tu nombre" puedes hacerlo gratis aquí.

DESCARGAR PDF GRATIS

En este momento, vamos a ofrecerte datos interesantes sobre el libro que es posible que quieras ver antes de empezar a leer este libro, como por servirnos de un ejemplo puede ser, el número de páginas, el año de edición, dónde descargar EL BOSQUE DE TU NOMBRE, dónde leer en línea EL BOSQUE DE TU NOMBRE, y considerablemente más datos.

Resumen del libro

Como si me hallara perdido en el desierto, esta noche he vuelto a sonar con esa mujer. Desdibujada su figura por la arena, parece cuestionarme mas alla de su sonrisa, parece insinuarme que el oasis que la envuelve no es un espejismo. Como me ocurriera la primera vez que sone con ella, esta noche tampoco he respondido a su reto: me he quedado plantado en el mismo lugar, impotente en la duna en la que mis pies se han hundido, con la angustia de quien ansia avanzar pero al mismo tiempo teme que el bosque, el lago o los quetzales del oasis solo sean una trampa que a mi tambien me arrastrara a la muerte. He despertado sudando; a diferencia de hace cuatro noches, hoy mis pies no estaban entrecruzados, presionandose entre si, como para explicarme que por esa causa aquel sueno concluye en pesadilla. He encendido la lampara para despejarme. Cuesta; todavia estoy sudando. Y, sin embargo, me pregunto que es peor: ?quedarme paralizado por el peso de la arena como si fuera un cactus reseco de un desierto al que no pertenezco?, ?o enfrentarme a mis miedos y superar los pasos que me separan de aquella mujer, de ese paisaje que es tan mio, aunque yo nunca haya vivido entre quetzales? Es facil envalentonarse bajo el cobijo de las sabanas; creer, pasada la angustia de un sueno cargante, que uno sera capaz de despojarse de las mascaras y armaduras que durante gran parte de la vida le han permitido granjearse la complacencia propia y ajena. Soy consciente de que, cuando apague la lampara, volvere a dormirme y volvere a olvidar, de modo que manana, al levantarme, de nuevo sere la persona que duda, que teme, que es capaz de adentrarse en la profundidad de las historias ajenas; pero que en la suya propia, conociendo lo que ahora conoce, preferira mantener su camino sobre la superficie. ?Cuanto tiempo se puede caminar sobre la superficie del mar, obviando la naturaleza del agua y la del propio peso humano? ?Mi padre vivio en la superficie, o mas bien hundido, demasiado hundido en los fondos mas profundos de una historia tragica? ?Mi padre que me diria esta noche?, ?que me diria en los dias y semanas que de manera inexorable han de venir? En 1973, cuando yo estaba por cumplir seis anos, el se marcho en un viaje que se suponia arriesgado. Y lo fue. Pero regreso. De esta manera, diez anos mas tarde se atrevio a escribir sobre aquel viaje; tambien sobre otros hechos que lo habian atravesado mucho antes de que yo naciera. Cuando el tenia mi edad, no se que tipo de suenos lo habran sacudido; no se siquiera si podia sonar, empantanado como estaba tantas veces en insomnios. Si se que una noche de 1983, sospechando que durante el dia no se atreveria a separarse de su mascara ni de sus armaduras, encendio una lampara y se arrojo a escribir. Como en un delirio.

Papa. Si, papa, aqui me tienes con los ojos abiertos, agitados mis suenos por esa mujer, recordandola como si la hubiera conocido. Aqui estoy, papa, con mi lampara encendida, evitando hacer ruido, aferrado a un lapicero y al papel, temiendo ser tocado por fantasmas, queriendo creer que sigo sonando, sin saber que es despertar. 2 Aquella noche confeso lo que habia escondido durante una decada. Con letras estiradas, ocupo las hojas que quedaron sin usar de mi primer cuaderno de caligrafia. Era un cuaderno que habia guardado como recuerdo del hijo de seis anos que entonces ya era un adolescente. Debio pasar varias horas escribiendo el recuento de los hechos que explicaban por que, durante anos y anos, habia tenido dificultades para conciliar el sueno. Seria por eso que mi madre desperto a medianoche creyendo ver fantasmas pero, al descubrirlo a su lado, el temor se le desvanecio y con naturalidad se volvio a dormir. El fingio que estaba leyendo y escondio el cuaderno bajo su libro. He debido detenerme un rato antes de proseguir con detalle, sin riesgo, apunto en la novena pagina de su relato. Cuando estuvo seguro de que ella dormia, de nuevo se entrego al pasado. Hasta el alba. La luz del amanecer es mayor que la de mi lampara. Creo que ya esta todo dicho. Con estas palabras cerro su confesion.

Probablemente aprovecho el momento en que mi madre se duchaba para depositar el cuaderno en el fondo de un cajon de su closet. Alli permanecio durante veintiseis anos, junto a los primeros cuadernos de mis hermanos menores, bajo una pila de recibos antiguos y un folder de dibujos que tambien mantuvo oculto. De pequenos, a mi hermana y a mi nos gustaba ver sus dibujos. Nos parecian extraordinarios, aunque habia algunos turbadores: eran aquellos desprovistos de color y cargados de sombras. Al llegar a la adolescencia dejaron de interesarnos, pese a que en esa epoca el se hallara mas entregado a esa aficion; una aficion por la que nunca errabamos al escoger sus regalos de cumpleanos o Navidad: cuadernos de hojas blancas, lapices, acuarelas, colores, crayolas negras. Para dibujar, solia retirarse al tejado de casa, donde instalaba una sombrilla los dias mas calidos del verano, y al que acudia abrigado algunas tardes de invierno. <>, senalaba mi madre. En efecto, en las dos casas que yo recuerdo haber compartido con mis padres, el siempre conto con un tejado donde refugiarse por momentos de nuestros ruidos y de nuestra rutina domestica. Al contemplar sus dibujos hoy, entiendo que, mas que rehuirnos, en esas alturas se buscaba a si mismo; tambien parecia buscar explicaciones, justificaciones o desahogos para lo que hizo cuando tenia treintaiseis anos. ?Que son treintaiseis anos? Tengo en mis manos un dibujo que muestra a un nino con los ojos espantados, el cuerpo acurrucado y las manos intentando protegerse la cabeza, o tal vez cubrirse los oidos ante el acoso de una sombra que ocupa gran parte de la pagina y de cuyo perfil emergen unas fauces que expelen fuego y sangre. Mi padre tenia treintaiseis anos cuando trazo aquella imagen, la ultima de una serie de catorce dibujos lugubres bosquejados entre 1971 y 1973. Frente a esa oscuridad el fue esa criatura desamparada. Mas tarde, frente a ella actuo de otro modo. ?Que hubiera hecho yo en su lugar? Hoy se que los dibujos no le bastaron para explicarse que le habia ocurrido.

Por eso, durante una de noche de tribulacion que lo asalto a los cuarentaiseis anos, tomo aquel cuaderno y en el desentrano sus sombras. No se que hubiera sucedido si en 1983 mi madre, yo, o alguno de mis hermanos, hubieramos curioseado en esos cuadernos infantiles y nos hubieramos encontrado con sus revelaciones. Presumo que el viejo confiaba en que su familia era ajena a la nostalgia por los tiempos pasados; quizas tambien confiaba en que ninguno de nosotros era dado a hurgar en las pertenencias de los demas; y si sus suposiciones erraban, pues ahi hubiera quedado su confesion ventilada, con todas las consecuencias desatadas. 3 En estos dias, las noticias internacionales han vuelto a ocuparse de Guatemala. La hambruna que esta azotando las zonas rurales y un reportaje sobre la escalada de violencia contra las mujeres estan poniendo en evidencia que el pais de mi padre sigue lastrando una pobreza desgarradora, asi como las anejas lacras de impunidad, corrupcion y machismo. Frente a esas noticias puedo alegrarme de que mi padre este muerto para no tener que constatar que su pais es la demostracion mas viva de que los senores del poder son muy capaces de cambiarlo todo para que nada cambie. Sin embargo, tal vez porque tambien lo aprendi de el, mientras veia esas imagenes, mis ojos escapaban al esplendor de unos bosques que han permanecido cuajados de hojas mas alla de los siglos de tragedia. De alli venimos. Tambien. Aunque ni yo ni mis hermanos hayamos nacido en esa tierra. Los dibujos de papa que mi hermana y yo admirabamos mas eran los que mostraban paisajes y gentes luciendo un colorido dificilmente accesible en nuestra ciudad. Supongo que esta preferencia no solo procedia de nuestro gusto infantil por los colores vivos, sino del hecho de que pocas veces lo veiamos tan feliz como cuando bajaba del tejado portando completo alguno de sus dibujos de ninos y mujeres mayas en medio de rios, maizales o mercados de frutas; como si al haberlo terminado se viera transportado a ellos llevando consigo a la familia y la casa segura que tenia en Londres. Solo despues de haber concluido mi carrera y haberme marchado a trabajar por dos anos a Indonesia pude entender la nostalgia de mi padre por los colores de Guatemala, asi como su melancolia ante la ventana de un hogar que durante la mitad del ano le ofrecia frio, niebla y noche desde tempranas horas de la tarde. A los treinta anos, ciudadano bilingue y bicultural por mi origen familiar, yo me hallaba retornado de una experiencia prolongada e intensa en un pais muy diferente y lejano, consideraba que ya entendia gran parte del funcionamiento de la vida, y creia que conocia bien a mi padre. Es cierto que habia logrado comprender su fijacion por dibujar escenas guatemaltecas y sus mismos retiros al tejado de la casa; pero de su obsesion por las sombras me habia olvidado.

En aquel momento, todas mis respuestas se reducian a ser pragmatico y coherente. Me sentia tan a gusto en esa posicion que lo que pudiera desentonar pasaba rapido al desden. Ahora tengo cuarentaidos anos y no le estoy encontrando coherencia a nada. En mi escritorio conservo una acuarela suya que muestra a una campesina maya lavando ropa a la orilla de un rio. Todo en ella es colorido, como en las prendas que lava, como en el nino que aparece sentado a su lado, como en las montanas que la rodean. Recuerdo cuando mi padre nos enseno esta acuarela a la que habia dedicado varias tardes de verano. Yo le pregunte si alguna vez habia vivido cerca de ese rio; mi hermana inquirio por el ave que adornaba la camisa del nino. El volvio a contarme que habia nacido en la capital del pais, aunque en su infancia pasaba las vacaciones en la casa de sus abuelos maternos en Jalapa y de alli procedian sus mejores recuerdos de Guatemala. A Miriam le confirmo que esa ave era un quetzal. Luego, llevando la acuarela consigo, nos invito a seguirlo hasta la maquina lavadora-secadora de casa. Alli nos pregunto cual de esas dos opciones era mejor para lavar la ropa. Mi hermana, que con nueve anos ya tenia calado el feminismo de mama, no demoro en responder que, tanto por la ropa, por el tiempo empleado, como por las mujeres que se encargan del lavado, sin duda la mejor opcion era nuestra lavadora. Mi padre asintio con satisfaccion. Yo no me atrevi a anadir nada, temiendo que una respuesta contraria le pareciera retrograda. No obstante, el solicito mi opinion.

Senale que estaba de acuerdo con Miriam, si bien me gustaba mucho el lugar donde esa mujer pasaba las horas lavando. A mi respuesta, tambien asintio con una sonrisa. Luego se le perdio la mirada en el techo, hasta que la volvio a fijar en nosotros y retomo la palabra: --Para lavar la ropa sucia, no hay nada mejor que dejarla remojando largo rato; recien entonces hay que frotarla con suavidad o fuerza, segun convenga al tejido, hasta liberarla de la mugre que la ha manchado. Yo lo escuchaba con desconcierto, pensando que algun tornillo se le habia desajustado en la cabeza; no entendia por que le interesaba que aprendieramos a lavar a mano; al fin y al cabo, en casa teniamos recien comprada esa magnifica lavadora. El prosiguio: --Despues, hay que enjuagar con bastante agua para asegurar que la ropa no quede impregnada de jabon. Y luego es importante escurrir a fondo antes de ponerla a secar... Mi madre siempre decia que, si hubiera sido el tipico latino machista, nunca se habria enamorado de el. Como papa no destacaba demasiado en la cocina, en ese momento jugue con la idea de que la habria conquistado llevandola a un rio para mostrarle que bien lavaba la ropa, y se habria ganado su amor de por vida lavando nuestros panales. Me empezaba a reir para mis adentros cuando el callo de repente; acaso para cerciorarse de que estabamos prestandole atencion, como si aquella explicacion fuera de vida o muerte. Entonces anadio algo que hoy he vuelto a recordar como si el, mi hermana y esa lavadora estuvieran a mi lado: --... Y para que la ropa seque bien, no hay mejor cosa que tenderla en un lugar bonito; asi, cuando nos la pongamos, sentiremos el alivio de las prendas limpias y el contento que han tomado mientras se secaban. Si, papa, tenias razon. Cuanta razon tenias. Y que cortas posibilidades tuviste para despejarte al aire libre de la crueldad que cayo sobre ti. 4 Miriam y yo estamos discutiendo si debemos mantener en secreto las revelaciones de papa. ?Hay verdadera necesidad de compartirlas con nuestra madre y nuestro hermano? Esto significaria enfrentarlos con una realidad que enturbiara el perfil que guardan de el. ?Ganamos algo bueno ventilando esa confesion? No lo se.

Perder, si que ellos podrian perder mucho: mama la memoria de un hombre a quien siempre ha concebido como un ser sincero y extraordinariamente compasivo; mi hermano, el podria perder la inocencia. Christian ya tiene treintaiseis anos, aunque nosotros lo seguimos percibiendo como al pequeno a quien debemos proteger. ?Y que son treintaiseis anos? ?Acaso mi padre no se sintio una criatura aterrada ante lo que le toco asumir a esa edad? Ahi se le acabo la inocencia que aun albergaba. Los hechos que confiesa en aquel cuaderno ocurrieron cuando Christian estaba por nacer. Yo tenia seis anos; Miriam, cinco; y a los dos se nos quedo grabado el comentario nervioso de mama en los dias previos: que ojala papa regresara a tiempo. El no estuvo ausente el dia del parto; llego a Londres justo un dia antes. Nos dijeron que habia perdido el vuelo que lo traeria de vuelta de Guatemala y luego habia tenido problemas para conseguir otra plaza. Cuando nos hicimos mayores, recien mi madre nos confio el temor que habia experimentado la primavera de 1973, cuando el regreso a su pais tras siete anos de exilio. Unos meses antes, a su suegra le habian diagnosticado una angina de pecho; por tanto, aunque ella estuviera embarazada y Guatemala se mantuviera bajo los garras de una dictadura, el decidio que no podia posponer mas esa visita. Lo unico que habia aliviado los temores de mi madre era que, en 1973, la represion estaba pasando por un periodo de relativa calma; ademas, antes de que se marchara, como ciudadana inglesa habia conseguido una promesa de amparo de parte del embajador britanico en Ciudad de Guatemala. A fines de mayo, mi padre viajo por seis semanas. Faltando muy poco para su retorno, anuncio que por razones familiares y politicas de fuerza mayor se quedaria un mes mas. En ese tiempo, hubo varios dias en los que permanecio desaparecido. Por entonces, las comunicaciones telefonicas entre Inglaterra y Centroamerica eran bastante complicadas y costosas, de modo que, aparte de las cartas que pudieran enviarse, habian acordado que cada lunes mama lo llamaria a las nueve de la noche hora inglesa. Durante los dos primeros meses el habia aguardado puntual esa cita telefonica.

Ella se habia sentido preocupada, pero no aterrorizada, hasta el lunes en que la llamada internacional se adelanto para sonar en Londres. Desde el otro lado de la linea, mi abuela guatemalteca le informo que la madrugada del viernes mi padre habia viajado al campo con un amigo, asegurando que volveria el domingo por la tarde, mas no habia noticias suyas y estaba temiendo que, por las implicaciones de aquel amigo con las guerrillas, pudieran hallarse en problemas. Asi las cosas, mi abuela le habia pedido que procurase el respaldo de la embajada britanica. Eso es lo que hizo mi madre en cuanto colgo el telefono. Pero alla era hora de almuerzo y el embajador habia acudido a una invitacion. El funcionario que la atendio le dijo que no se preocupara, ya que un viaje al campo en Guatemala era muy sensible a retrasos e incomunicacion dada la condicion de las carreteras y la practica ausencia de servicios telefonicos en esas zonas. Mi madre intento calmarse. Cuando a las nueve de la noche volvio a llamar a su suegra, esperanzada en que mi padre ya hubiera regresado, la abuela Laura le transmitio la desesperacion que habia contenido tres horas atras y le pidio que rezara. Mis padres no rezaban. De inmediato, mama volvio a llamar a su embajada y explico que la desaparicion de mi padre podia obedecer a un secuestro por parte del Gobierno. El mismo diplomatico que la atendiera antes le recomendo que tuviera paciencia y confiara en la posibilidad de que su marido hubiera tenido algun contratiempo mecanico o festivo no irremediable en su plan de viaje; si ese era el caso y en 72 horas no se habia solucionado, le aseguro que la embajada prestaria su apoyo para recuperarlo. <>, habia cuestionado mi madre. Sin perder el tono cortes, aquel funcionario le recordo que en el ultimo ano ya no habia estado de sitio; por tanto, en la medida en que no hubiera testigos de ese supuesto secuestro, la embajada no podria ejercer presiones sobre el Gobierno guatemalteco. De mi infancia guardo diversos recuerdos. No se cual es el mas feliz.

Si se cual, todavia hoy, me despierta una opresion helada. Miriam y yo tenemos sueno, estamos esperando que mama nos acueste; ella ha colgado por fin el telefono, pero se queda sentada en un sillon de la sala y empieza a llorar. Me acerco y le pregunto que pasa. Ella no logra disimular su nerviosismo, apoya su rostro en mi hombro y llora aun mas. Siento esa humedad salada traspasando mi pijama; me toca la piel. Mi hermana y yo tambien empezamos a llorar. Entonces, mama yergue la cabeza, se seca las mejillas, se levanta, nos dice que esta preocupada por papa, pero que todo va a estar bien. Nos lleva a la cama, alli nos reitera que todo se va a arreglar. Apaga la luz, cierra la puerta de nuestra habitacion, se va. Al cabo de un rato, en la oscuridad, Miriam me pregunta si yo creo que papa regresara. Le digo que si y oigo su exhalacion de alivio. No obstante, me quedo con un nudo en el pecho y un frio insondable. Hoy vuelvo a sentir ese frio, pese a que todavia son dias calidos y me encuentro en mi cama, como si el llanto de mi madre se hubiera sumergido en mi piel y ahora volviera a emerger, presagiando algo atroz. Por lo visto, aquella noche mi hermana tampoco conseguia dormir. Desde que papa se marcho a Guatemala, cada lunes contabamos las horas para que llegara el momento de escuchar su voz a traves del telefono.

.

el bosque de tu nombre
sinopsis de el bosque sabe tu nombre
el bosque sabe tu nombre de que trata
el bosque de tu nombre karina pacheco
karina pacheco medrano
karina pacheco el ano del viento
karina pacheco obras
karina pacheco la voluntad del molle
karina pacheco pdf
karina pacheco cuentos
karina pacheco instagram
karina pacheco frases
karina pacheco facebook

Descargar EL BOSQUE DE TU NOMBRE gratis pdf

Suponemos que deseas saber de qué manera puedes leer EL BOSQUE DE TU NOMBRE en línea o descargar EL BOSQUE DE TU NOMBRE pdf sin coste a fin de que puedas tener el libro sin comprarlo.

Si estás en esta web es por el hecho de que buscas la manera de bajar EL BOSQUE DE TU NOMBRE en pdf, tristemente nosotros no ofrecemos la descarga de EL BOSQUE DE TU NOMBRE sin coste, ya que esto es algo ilegal, tampoco podemos ofrecerte leer EL BOSQUE DE TU NOMBRE en línea en pdf por el mismo motivo.

Rate this post