LIBRO DE PUNO Y LETRA PDF GRATIS

Eloisa tosio y se llevo la mano a la boca ante la espesa nube de polvo que lleno el ambiente cuando Raul abrio con energia la puerta de entrada para dar paso a su nuevo departamento. La luz que entraba por la enorme ventana dejaba ver las incontables motas de polvo, que poco a poco fueron tomando nuevamente su lugar en aquel sitio, deshabitado por varios meses. Cuando por fin se asento el polvo ambos entraron, observando a todos lados con mirada escrutadora. --Es un buen lugar, de hecho, esta excelente; cuando terminemos de limpiarlo y de pintarlo quedara muy bien --opino Eloisa. --Me alegra que te guste. A mi me encanta la ubicacion --dijo Raul. Diez minutos despues, Eloisa, con cubos, trapos, escobas y un mop, estaba lista para empezar el proceso de limpieza del nuevo departamento de su hermano. Aquella mudanza era el colofon de un ano lleno de cambios para Raul: a finales de enero, Estefania, su esposa, le habia pedido el divorcio. A partir de ahi practicamente fue una avalancha de situaciones que no le daban respiro: dejar el departamento que habia compartido con la que, hasta entonces, habia sido su mujer desde la universidad; en su trabajo, una reestructuracion del organigrama lo habia dejado en el limbo por varios meses, hasta que finalmente lo confinaron a una minuscula oficina en uno de los departamentos menos relevantes del consorcio. Su hija, Paola, estaba entrando a la etapa incierta y tenebrosa de la adolescencia y, para colmo, dona Patricia, la madre de Raul, habia fallecido hacia tan solo tres meses. Eloisa realizaba las labores de limpieza con tanta energia que dejaba a las claras que su entusiasmo era mucho mayor que el de su hermano. Optimista irredenta, siempre veia el lado positivo de las cosas, y en esta ocasion sentia que el nuevo hogar de Raul pondria fin a su mala racha. Raul, por supuesto, no compartia su entusiasmo, pero la dejaba hacer. En realidad le daba igual su nueva morada o cualquier otra, dado su sombrio estado de animo. El proceso de divorcio estaba resultando tan doloroso y estresante como lo habian descrito algunos de sus conocidos que habian pasado antes que el por ese viacrucis.

Lo mas dificil era que no podia hacerse a la idea de que la vida que habia construido durante los ultimos catorce anos hubiera llegado a su fin, muy intempestivamente, por cierto. <>. La frase lapidaria de Estefania, pronunciada a media voz en aquella tarde de enero, despues de una discusion mas algida que lo usual, habia movido los cimientos de su ser. ?Que era lo que habia pasado? ?En que se habia equivocado, que habia hecho mal? ?Acaso no era lo suficientemente bueno para Estefania? ?Habia dejado de amarlo? ?Habia dejado el de cumplir sus tareas, sus deberes de esposo? ?La habria descuidado? Aquella serie de preguntas, que en ese momento no tenian respuesta, era apenas el inicio de un caudal que lo atormentaria en los siguientes meses. Eloisa no quedo satisfecha hasta que se hubo deshecho de todo el polvo, y hasta que las paredes quedaron totalmente listas para una nueva mano de pintura, en un color que contrastaria por completo con el triston tono de beige que el dueno anterior habia elegido. Sin esperar a Raul, marco en su movil el numero de Eduardo, su otro hermano, para que llevara las cubetas de pintura que ya tenia listas. --Vas a ver que te va a encantar como voy a dejar este lugar. Creo que deberia pensar seriamente en dedicarme a ser decoradora --dijo, con los brazos en jarra, mirando con satisfaccion las paredes, e imaginando cual seria la apariencia final del departamento. Raul ni siquiera asintio. Habia dejado en manos de su hermana el arreglo de su nueva vivienda y, francamente, le importaba poco el resultado final. Su hermana lo miro. Estaba angustiada por el; sabia que el estado de animo de su hermano no era el mejor, pero llevaba varios meses sumido en un ostracismo recalcitrante, e incluso los arranques de mal humor que habia tenido al principio del proceso de divorcio habian desaparecido para dar lugar a un humor taciturno. Podia hacerse una idea bastante precisa de lo que su hermano debia estar pasando, pero no compartia esa manera de afrontar las adversidades. Sabia que el estaba experimentando una perdida, que estaba pasando por un proceso de duelo. Queria hacer todo lo que estuviera a su alcance para que saliera de ese abismo, pero hasta el momento sentia que sus esfuerzos no rendian frutos.

<>, le decia Daniel, su esposo, cuando ella le expresaba sus frustraciones. Era consciente de la sabiduria de esas palabras, pero estaba preocupada por el, queria verlo alegre y vital como siempre habia sido. *** --?Y bien? ?Que te parece? Tres dias y mucho trabajo despues, el departamento quedo listo para habitarse. Eloisa habia colocado el sofa en la posicion que le parecio mas armoniosa, y posaba en medio de la sala con los brazos en jarra, contemplando su obra. --Quedo muy bonito --dijo Raul, tratando de parecer entusiasmado. --?Muy bonito? !Ay, Raul! Por favor, eres arquitecto, pero no puedes negar que hice un gran trabajo. Me quedo muy bien, ?no? --pregunto, dirigiendose a Eduardo. --Diras que nos quedo muy bien, hermanita, porque yo tambien contribui --replico, falsamente molesto. --Si, nos quedo muy bien --suspiro Eloisa, satisfecha. Eduardo se dirigio a la cocina para sacar del refrigerador recien instalado una botella de vino espumoso, que sirvio en tres copas que habia llevado expresamente para la ocasion. --Por tu nuevo hogar, donde seguro tendremos muchas reuniones familiares y parrandas de hombres --dijo Eduardo, levantando su copa. Eloisa lo miro con reprobacion, y levanto su copa. --Por un nuevo comienzo --dijo, solemne. Raul se limito a decir <>. CAPITULO 2 Tenia que admitir que Eloisa y Eduardo habian hecho un trabajo excelente con el arreglo y decoracion de su departamento.

Recordo que su hermana habia dicho en tono de broma que debia considerar la posibilidad de ser decoradora profesional, y penso que el mismo le sugeriria que tomara un curso con su amigo Hilario Diaz, que a su reconocido estudio de arquitectura habia anadido una escuela de diseno interior. Despues de su tediosa e infructuosa jornada laboral, se dejo caer pesadamente en el sofa. Encendio la television pero, a pesar de que recorrio con el control remoto todos los canales, no encontro nada que llamara su atencion. La dejo en cualquier canal y volvio la vista a la mesa de centro, donde reposaba un cumulo de sobres: estados de cuenta bancarios, el recibo de servicios telefonicos y de internet, una revista de arquitectura y una carta. ?Una carta? No habia visto una en decadas, fuera de las que su madre guardaba en su baul de los recuerdos, y que el y sus hermanos habian visto una por una meses atras cuando revisaron sus objetos personales tras su deceso. Miro el remitente: Emma del Pilar Barrientos, Calle 8, Barrio de La Esperanza, Buenos Aires, Argentina. No tenia idea de quien era. Luego vio el destinatario: Jose Manuel Barrientos Pina. Rebusco en su mente y recordo que el representante legal del dueno del edificio de departamentos le habia contado vagamente la historia del dueno anterior. .