LIBRO CUANDO TODO ESTA PERDIDO (CANADA 6) PDF GRATIS

La tierra se abria por el temblor, partiendose y separandose mediante profundas grietas mientras todos intentaban paralizar la destruccion total. Observaron como Mabus volvia a alzar sus brazos hacia el cielo haciendo que el terremoto se incrementase y los pocos edificios que quedaban en pie se destruyesen, las farolas saliesen volando y los coches fuesen precipitados hacia sus companeros. Aquello era el fin, no habia vuelta atras. Todo lo que habian conocido hasta ahora, lo que amaban, desapareceria en pocos segundos. Habian llegado tarde y, ahora, su mundo se destruiria. Giro su rostro hacia ella notando la palma de su mano cogida a su brazo, mientras aquella oscuridad que emanaba del cuerpo de Mabus, a pocos metros de ellos, avanzaba por toda la ciudad sumiendola en penumbras. Mia permanecia con la mirada clavada en los companeros de division que aun intentaban detenerlo, apurando los ultimos segundos para evitar la catastrofe. Ni siquiera pestaneaba. Volvio la mirada al frente viendo a Nicholas y Adrien ser impulsados hacia atras sin contemplacion, chocando contra todas las rocas y amenazando con caer por las enormes grietas que se creaban por el terrible terremoto. Volvio la mirada hacia ella y se fijo en su mano temblorosa cogida a su brazo, en su perfil, en sus hermosos ojos verdes, en las lagrimas banando su rostro y su cabello castano volando hacia tras por el viento huracanado. --Sabes que te quiero... --susurro. Mia tardo un poco en reaccionar pero finalmente giro su rostro hacia el y lo miro sin comprender. --?Por que me dices eso? --sollozo. Volvio su mirada al frente donde la lucha encarnizada seguia agotando los ultimos segundos antes de desaparecer. Se giro de nuevo hacia el cogiendo con mas fuerza su brazo--.

No... --gimio --... no puedes... --reacciono mas nerviosa. El trago saliva y volvio la mirada hacia sus companeros. Sabia que era lo unico que podia hacer. --El mundo no se merece esto --susurro contemplando fijamente la escena que sucedia a pocos metros de ellos. --No... --lloro ella. La cogio por los hombros mientras se ponian en pie y le obligo a mirarle. Paso una mano por su cabello apartandolo, fijandose en cada rasgo de su dulce rostro. La queria mas que nada, no podia permitirlo. --Tu... --susurro hacia ella mientras una sonrisa triste atravesaba su rostro--, no te mereces esto --enfatizo. --No, por favor... --suplico mientras el la acercaba y la abrazaba--, no lo hagas... por favor... --lloro contra el. --Prometeme una cosa --susurro volviendo a distanciarla. Se fijo en sus ojos que lo observaban con un amor increible. Beso su frente y la miro fijamente--, seras feliz. Dicho esto la empujo alejandola de el. --!Noooooo! !Moriras! --grito mientras lo veia alejarse.

Ahi habia comenzado todo... 1 Dean miro el reloj de su muneca y resoplo. Llevaban mas de ocho horas en el todoterreno. Hacia pocas horas que Cintya, el oraculo que los habia llevado hasta la daga del destino en el Everest, habia logrado saber donde se encontraba la unica persona que podia empunar la daga para acabar con el anticristo. Tras un par de horas preparando el todoterreno y dormir un poco se habian lanzado a la carretera. El lugar era Portland, a unas doce o trece horas de camino, en Oregon, y el hombre al que buscaban respondia al nombre de Gabriel. Aun no sabian que tendria de especial aquella persona, pero el era el unico que podia salvarlos. Ni siquiera se habian atrevido a poner el nombre en el buscador del Pentagono, todo debian llevarlo en el mas estricto secreto. Eligos, el jinete de la guerra, se habia introducido en el Pentagono y ahora era el jefe de la division. Tenian al enemigo en casa y, aunque Cintya les habia explicado como el mismo Eligos habia acabado con los vampiros que la acechaban y entregado la daga en el Everest, no se fiaban. Era uno de los jinetes del apocalipsis, ?como iban a hacerlo? Pero el no era su mayor problema. Mabus, el ente que habia tomado el cuerpo de Thomas era el mayor responsable de todo lo que estaba ocurriendo y el unico al que podian matar. Sabian que la guerra, el hambre y la muerte siempre estarian presentes en la tierra pero, Mabus era el anticristo, el unico que tenia realmente la mision de destruir el planeta, el unico que no tenia ningun otro cometido que el de sembrar el caos en su mundo. Sabian que contaban con poco tiempo y que iban a contrarreloj, que debian encontrar a Gabriel antes que Mabus y sus secuaces, si no, ya podian ir despidiendose de todo lo que conocian y amaban. Todos se giraron cuando escucharon el pitido del todoterreno que les seguia, girando sus cuellos para mirar a traves de las ventanas del todoterreno. Aaron conducia el segundo vehiculo y los adelantaba mientras el resto de la manada que los acompanaba: Alex, Fillipe y Ben daba palmas animando a su alfa a que adelantase a los cazadores.

Taylor, el conductor, se giro hacia Nicholas que iba al lado. --?Como se te ocurre darles un todoterreno? Nicholas chasqueo la lengua mientras miraba a Aaron poner cara de velocidad y a Alex, que iba en el asiento del copiloto dando palmas junto con el resto de la manada que se encontraba en el asiento trasero y animaba de forma incansable. Todos enarcaron una ceja cuando el todoterreno de los lobos paso por encima de un bache haciendo que gritasen y se moviesen de un lado a otro, despertando las sonrisas traviesas de toda la division. Taylor bajo su ventanilla y extrajo su brazo para senalar a Alex. --Os lo mereceis --Les grito divertido. --No los provoques mas --susurro Dean desde atras. Nicholas asintio. --Dean tiene razon, no los provoques. --Como si les hiciese falta --ironizo Taylor acelerando el todoterreno dejandolos atras, mientras el que conducian los lobos seguia dando botes en el carril de al lado por donde pretendian adelantarlos--. Asi aprenderan. --Vale, muy bien Taylor... --continuo Scott mientras miraba hacia atras --, pero por favor, ten cuidado --dijo mientras caia sobre el hombro de Dean al tomar una curva con excesiva velocidad--. !Me gustaria llegar vivo! Se notaba que los terremotos habian asolado el terreno. Los baches y la calzada rota complicaban la conduccion, sin hablar de las decenas de ciudades y poblados abandonados y destruidos que habian atravesado. --!Joder! --grito Christopher de los nervios desde la parte de atras--. !Haz el favor de conducir con cuidado! --dijo colocando la caja de madera recta--.

Solo falta que se salga la daga del destino de la dichosa caja. Nicholas se giro hacia atras .